Los ejecutivos de Delta y Northwest afirmaron que intentan completar su acuerdo a fines de este año, lo cual significaría que sería antes de que concluya el gobierno de George W. Bush, que respalda la fusión. Northwest y Delta duplicarían muy pocos servicios en Estados Unidos, lo cual sería beneficioso para obtener la aprobación antimonopólica. Las rutas de Delta predominan en el este de Estados Unidos y con dirección a América Latina y Europa. Northwest complementaría su servicio en la región centro occidental donde estarían casi parejos igualmente con sus vuelos a su centro de Tokio y en otros puntos de Asia. La propuesta de fusión anunciada el lunes señala que la nueva empresa se llamaría Delta,
continuará con su base en Atlanta, y tendrá a la cabeza al actual presidente de Delta, Richard Anderson. Si se llega a concretar la fusión, los accionistas de Delta tendrán una empresa más grande, mientras que los accionistas de Northwest recibirán una prima de 16,8% en base a la cotización bursátil al cierre de las operaciones del lunes. Tomando esos precios como base, el acuerdo valora a Northwest en más de US$3.600 millones. "Tenemos confianza en que la transacción se concretará y será aprobada", destacó el presidente de Northwest, Doug Steenland. El anuncio se produce un año después de que las dos aerolíneas emergieran de la protección federal por bancarrota
. Ambas empresas están perdiendo dinero nuevamente, pero están en mucho mejor situación que las cuatro líneas aéreas mucho más pequeñas que se han declarado en bancarrota o han salido del negocio en semanas recientes. De concretarse la fusión, se calcula que la nueva empresa tendrá un ingreso anual combinado de 31.700 millones de dólares, superando en Estados Unidos a American Airlines, de AMR Corp., con sede en Fort Worth, Texas. Se convertiría además en la mayor aerolínea del mundo en términos de tráfico.