España, además de estar especialmente sensible a los capítulos de inestabilidad de la periferia euro, la semana pasada volvía a ser objeto de análisis y una vez más, se reabrieron los temores, las dudas y las advertencias, sobre el débil crecimiento económico y sus implicaciones sobre los objetivos de déficit. En esta ocasión, fue la Comisión Europea la que al estimar un crecimiento del 0,8% para el ejercicio 2.011, manifestó sus diferencias con el crecimiento del 1,3% previsto por el gobierno español. Además, para 2012, las diferencias se amplían. Mientras el gobierno prevé alcanzar un ritmo de crecimiento del 2,3%, la Comisión, prefiere hablar de un 1,5%.
 
El caso, es que las implicaciones de este diferencial sobre la estimación del crecimiento entre gobierno y consenso del mercado, tienen un impacto directo sobre el déficit. Y es precisamente por ello, que la CE advertía que España incumplirá con el compromiso de reducir el déficit al 6% en 2.011 y al 4,4% en el 2.012. Según las estimaciones de la CE, el déficit público español se situará en el 6,3% del PIB en 2011 para bajar, al año siguiente, al 5,3% y por ello, insta al gobierno a tomar nuevas medias de ajuste que permitan cumplir con el compromiso de déficit y lo que es más importante en estos momentos, mantener la confianza. Evidentemente, el gobierno aludirá al hecho de que en el ejercicio 2.010, cumplieron con el objetivo previsto y que por tanto, seguirían haciéndolo. Sin embargo, son muchos los ojos que centran la atención en el crecimiento y déficit del país, son muchos los que condicionan su apoyo, en forma de compras de bonos o inversión en el sistema financiero, a la mejora, a la consecución de los objetivos y efectivamente, su incumplimiento, podría resultar fatal.
 
Por el momento, España cuenta con el apoyo de inversores suficientes para mantener la prima de riego estabilizada (aunque quizá en niveles más elevados de lo deseable), y para mantener la renta variable en una zona neutral para el medio plazo. Sin embargo, no olviden el corto, desde aquí, obtendremos las primeras señales de fortaleza/debilidad. ¿Qué nos dice ahora el corto? Pues como pueden observar en el siguiente gráfico del Ibex, nos dice que el sesgo bajista que se inició con la pérdida de los 10.400, tiene su objetivo inmediato en los 10.200 y podría extenderse hasta los 9.965.