De hecho, ante situaciones similares en el futuro, “las energías renovables serán probablemente una solución estratégica y un motor de aceleración en el proceso de búsqueda de independencia energética”.

Por otro lado, cuando hablamos de inversión socialmente responsable -afirman desde CaixaBank AM- “existe una tendencia a identificarla con una estrategia de participación en las mejores compañías de los universos de inversión y no tanto en aquellas con un mayor impacto”. Para nosotros -aclaran- “es tan estratégico estar presente en las compañías más relevantes como en las que más innovadoras, y en este sentido, el sector energético juega un papel fundamental”. En la lucha contra el cambio climático “es necesario invertir en empresas con compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta alcanzar la neutralidad, con el objetivo de ralentizar el calentamiento global. Para ello es necesario tener definidas políticas de diálogo activo en aquellos sectores con mayores emisiones, donde las empresas tienen una estrategia clara de descarbonización”. Como inversores debemos tratar de influir en las políticas sociales, medioambientales y de gobierno corporativa en las compañías que invertimos. 

En CaixaBank AM tenemos un claro compromiso de contribuir a la transición hacia una economía sostenible en la que se combine con la rentabilidad a largo plazo, explican. “Ser una gestora sostenible no es una tendencia, sino un compromiso que va ligado a los principios del Grupo CaixaBank y su modelo de banca socialmente responsable”. Por ello, “entendemos la inversión ASG -término españolizado de ESG- de una manera global, que empieza por la inclusión explícita y sistemática de consideraciones medioambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) en el análisis de inversiones y en la toma de decisiones de inversión, además de los criterios financieros tradicionales. Estamos convencidos de que la incorporación de aspectos ASG en los procesos de inversión puede tener un efecto favorable en los resultados financieros a largo plazo de las empresas, además de contribuir a un mayor progreso económico y social. 

“También creemos que esta aproximación facilita a nuestros equipos gestores profundizar en el conocimiento del entorno en el que se desenvuelven las compañías, y ayuda a identificar potenciales riesgos a los que se enfrentan”. En este sentido, ya en el año 2011 CaixaBank AM formalizó su adhesión al Pacto Mundial de Naciones Unidas como muestra de su compromiso con la sostenibilidad, comprometiéndose a apoyar y aplicar los diez principios en materia de Derechos Humanos, Derechos Laborales, Medio Ambiente y Lucha contra la Corrupción. 

Posteriormente, en el año 2016, CaixaBank AM reforzó su compromiso con la adhesión a los Principios para la Inversión Responsable (PRI por sus siglas en inglés), una iniciativa de la comunidad inversora promovida por la ONU, que tienen como objetivo último contribuir al desarrollo de un sistema financiero más estable y sostenible, gracias a la implementación de los seis principios definidos. En línea con este propósito, en 2020 recibimos la máxima valoración del PRI (A+) en Estrategia y Buen Gobierno, y una calificación (A) en nuestro proceso en Renta Variable. En este sentido, destacar también que el Grupo CaixaBank, a través de VidaCaixa y CaixaBank AM, se ha convertido en el primer grupo financiero en España en recibir la Certificación de Finanzas Sostenible bajo criterios ASG de AENOR. Esta nueva certificación avala los esfuerzos realizados por las dos gestoras del Grupo para integrar estos criterios en los procesos de tomas de decisiones de inversión, y como estos procesos han proporcionado las palancas de mejoras necesarias para el control y seguimiento de su gestión en el ámbito de la inversión sostenible. 

“Los criterios ASG, no solamente se incorporan en nuestro productos y servicios, sino que también están integrados en el ADN de la gestora; la buena gobernanza, los derechos laborales, o la igualdad de género son algunas muestra de ello”. En este sentido, “estamos muy orgullosos de haber sido reconocidos” como Gestora líder en Europa en Diversidad de Género en los Citywire Gender Diversity Awards 2021.

Respecto a nuestros productos y servicios, a cierre del primer trimestre, “el 36% del patrimonio de los fondos que comercializamos tiene una clasificación alta en términos de sostenibilidad de acuerdo con el reglamento de divulgación (SFDR)”. Esto implica que más de 27.300 millones de euros están clasificados de acuerdo con los criterios de SFDR como artículo 8 (producto que promueva características ambientales y/o sociales) o artículo 9 (productos con objetivo de inversión sostenible). En este sentido, es relevante conocer la actualidad que publicamos en los canales de comunicación con el partícipe, como son los folletos, la información periódica de los fondos que enviamos. En los folletos todos los inversores pueden comprobar la clasificación del fondo bajo artículo 6, 8 o 9 de acuerdo con el Reglamento de Divulgación. 
Además, “la información publicada ayuda a identificar los aspectos medioambientales y/o sociales que promueve o en su caso, el objetivo de inversión sostenible al que se dirige el fondo”.

En este sentido, los indicadores de promoción o de inversión sostenible que se identifican en el folleto, son una información relevante para el inversor a la hora de valorar los criterios ASG que incorpora el fondo.

“Rentabilidad, riesgo y principios de sostenibilidad son los criterios fundamentales que determinarán las decisiones de inversión en el corto, medio y largo plazo”, resaltan en CaixaBank AM. Esta tendencia se sostiene con razones sólidas. Por un lado, la regulación cada vez mayor desde el ámbito político, especialmente en Europa, donde se está desarrollando prácticamente el 70% de la normativa a nivel mundial. En segundo lugar, por la presión social, que cuanto más joven es la edad media de la población más evidente se hace; y en tercer y último lugar por los criterios de financiación que incentivarán este tipo de inversiones.  

Las transiciones energéticas” son largas y complejas” en la medida que hay que desarrollar una nueva infraestructura conllevando además un impacto importante en costes. En este sentido es clave el papel que juegan los gobiernos, organismos supranacionales e inversores; tanto a la hora de dar respuesta a la demanda de la sociedad como a la necesidad de preservar nuestros recursos naturales y frenar así el calentamiento global. Por todo ello, “consideramos que hay muchas oportunidades no sólo en el campo de las energías renovables, sino también en lo referente a eficiencia energética, redes inteligentes o economía circular entre otros”. 
En resumen, contribuir a un impacto social y medioambiental positivo, además de una buena gestión financiera, es el doble desafío del inversor en las próximas décadas, agregan.