Boeing señaló en un comunicado que los análisis preliminares habían indicado que el primer vuelo podría llevarse a cabo este mes, "tal y como estaba previsto". No obstante, teniendo en cuenta que según pruebas posteriores el plan de pruebas de vuelo podría verse modificado, la compañía "tomó la decisión de aplazar el primer vuelo hasta que se pueda realizar un plan de pruebas de vuelo productivo".

El constructor puntualizó que reprogramará el primer vuelo y la primera entrega tras determinar el cambio necesario y el plan de pruebas, de tal manera que el nuevo calendario estará disponible "en unas semanas".

Así, el equipo del 787 continuará probando otros aspectos del avión número 1, incluidas las pruebas en la cadena de ensamblaje y las pruebas de rodadura a baja velocidad. Se seguirá trabajando en los otros cinco aviones de prueba y en los siguientes aviones en el sistema de producción.

El presidente y consejero delegado de Boeing Commercial Airplanes, Scott Carson, aseguró que un equipo de expertos ya ha identificado una serie de posibles soluciones.

"Inicialmente se consideró una solución provisional que permitía volar según el calendario, pero al final llegamos a la conclusión de que lo mejor era desarrollar, diseñar, probar e incorporar una modificación definitiva en la zona que precisa el refuerzo. Este tipo de modificaciones estructurales no son infrecuentes durante el desarrollo de nuevos aviones. No se trata de un tema relacionado con la elección de materiales, ni con el trabajo de ensamblaje e instalación de nuestro equipo", aseguró Carson.