En este sentido, abogó por asegurar que el sistema financiero español pueda estar en condiciones de que, cuando se vaya restableciendo las condiciones normales, el flujo de crédito llegue de manera efectiva a las familias y empresas solventes para "adelantar y mantener" sus niveles de gasto.

El objetivo es evitar que la restricción financiera sea un factor añadido a la dificultad de la situación económica, añadió Malo de Molina, que subrayó la importancia que supone para España tener un sistema financiero "globalmente rentable y sólido".

Apuntó que también son necesarios planes de ayuda para evitar los componentes de la caída de la demanda y de la confianza y señaló que es "muy importante percibir" que éstos por sí solos no son suficientes, así como que tienen que estar bien calibrados, ser transitorios e ir acompañados de medidas estructurales que faciliten el ajuste que necesita la economía española.

En su opinión, las medidas estructurales relacionadas con el mercado de trabajo o con sectores de servicios o productos "insuficientemente" liberalizados serán "claves" para que la economía pueda salir reforzada, y con relativa rapidez, de la situación de desaceleración por la que atraviesa.

Respecto al déficit público, reiteró la previsión del Banco de España de que este año se eleve al 3 por ciento e insistió en que la situación puede ser "muy complicada" si la recesión coinciden con un elevado déficit.

Preguntado sobre la petición de los promotores de que el fondo de adquisición de activos financieros pueda destinarse también a la compra de viviendas para dar salida al stock, Malo de Molina señaló que este fondo, como indica su nombre, no ha sido diseñado para comprar el exceso de producción de construcción.