"Hay muchas entidades con carteras todavía dañadas y la incertidumbre sobre la fortaleza de la recuperación persiste", dijo González a los accionistas en la junta general anual del banco en Bibao.

Señaló que BBVA ha realizado un "gran esfuerzo" "anticipando" pérdidas para afrontar las "oportunidades que, sin duda, se presentarán en un futuro que va a ser complejo" para la industria financiera.


El beneficio neto del cuarto trimestre del BBVA cayó un 94% a 31 millones desde los 519 millones de un año antes. El banco dedicó casi 1.820 millones a provisiones para insolvencias crediticias, la mayoría ligadas al sector inmobiliario.

España afronta una de sus peores recesiones en décadas, lastrada por el colapso del una vez boyante sector inmobiliario. El país afronta una de las mayores tasas de desempleo de la zona euro.

El segundo mayor banco de España por capitalización bursátil por detrás de Banco Santander también dedicó 551 millones a provisiones para prejubilaciones y otros 1.050 millones para posibles pérdidas de operaciones relacionadas con Estados Unidos, mercado clave para la expansión del banco.

"Estados Unidos va a ser uno de los grandes pilares de crecimiento de este banco en el futuro", señaló González.

Tras haber capeado la crisis financiera internacional gracias a su negocio de banca minorista, el banco español aprovechó las oportunidades de la crisis y se adjudicó activos de otras entidades en problemas. El año pasado, ganó la subasta del gobierno de Estados Unidos por el Guaranty Financial Group Inc., un banco de Texas que había advertido durante meses de la difícil situación en la que se encontraba.

BBVA también controla el 15% del Citic Bank Corp. de China, en su intento por aprovechar las oportunidades de comercio entre Asia y Latinoamérica.