La entidad ha explicado en una nota de prensa que la cartera, denominada comercialmente como Galdana, está compuesta por posiciones de deuda granular de pymes y particulares, principalmente préstamos, financiación de tarjetas de crédito y, en menor medida, cuentas de crédito, avales y descuentos.
Bankia entiende que con esta operación le permite cumplir un doble objetivo: reducir la morosidad, al transmitirse créditos dudosos y fallidos; y por otro, elevar la liquidez y liberar recursos para la concesión de nuevos créditos.
La venta de esta cartera reduce el saldo de créditos dudosos de Bankia en 79 millones de euros.
La operación ha sido la segunda venta de cartera que ha realizado Bankia en 2017, tras la realizada en marzo pasado con la cartera Gold, de 102,97 millones en la que predominaba el riesgo promotor y cuyos créditos estaban respaldados por garantías inmobiliarias.
Con esta iniciativa, la entidad sigue avanzando con el compromiso de desinvertir todos aquellos activos considerados no estratégicos.