Banco Sabadell ha pasado un verano un tanto volátil. Lo comenzaba en niveles de 0,591 euros por acción, por encima de los niveles actuales, pero el mes de julio se mostraba claramente negativo para el valor hasta llegar a ceder un 13%, aunque después se recuperaba hasta los 0,62 euros, más de un 20% desde sus peores niveles estivales.
Sin embargo, desde el comienzo de septiembre ha vuelto a descender y ha perdido de nuevo la cota de los 0,60 euros por acción el valor tras conocerse la noticia de un nuevo ERE como el cerrado el pasado 2020 con la salida voluntaria de 1.800 trabajadores, cerrado en la primera parte del presente ejercicio.
Ahora, sobre la mesa un nuevo Expediente de Regulación de empleo para 1,936 empleados, el 12,5% de su plantilla en nuestro país, de unos 15.000 totales, que se completará con cierres de oficinas. Con más de un 30% de su red en concreto. Se trata de 496 oficinas, algunas reconvertidas en otros espacios y no cerradas de forma definitiva. Ya en julio se han producido 105 cierres y 27 conversiones. En total 320 cierres de oficinas y 176 reconversiones.
La negociación con los sindicatos, como es habitual está en marcha y la respuesta de Sabadell a un plan de bajas voluntarias es el hecho de considerar que no se completaría el número necesario. Las centrales que representan a los trabajadores piden que las salidas se produzcan entre los mayores de 55 años, más de 2.000 en la plantilla.
Pero hay nuevas diferencias. De momento no quieren hablar del plan de recolocaciones, como del informe técnico que concreta el ERE en la digitalización y menor operativa en las oficinas.
En su gráfica de cotización vemos que el valor tras recuperar posiciones en la sesión de ayer cede un 2,55 en lo que llevamos de mes y algo más de un 3,3% en las últimas 20 sesiones cotizadas. Aun así, sigue siendo el segundo mejor valor del año en el selectivo y el mejor de los bancos con avances que superan el 67%
Mientras, Fitch ha mantenido el rating de Banco Sabadell en este mes de septiembre en “BBB-“con perspectiva estable para el valor, al señalar que se han estabilizado dos factores del grupo bancario que permanecían en negativo, el company profile, es decir el perfil marcado por la empresa y su Plan Estratégico.
La agencia de calificación crediticia ha sumado al rating la mejora de las expectativas económicas tanto en España como en Reino Unido, donde la entidad está presente con TBS, gracias a lo que considera “una adecuada capitalización para absorber la presión de la calidad de los activos y la rentabilidad que puede derivarse de la pandemia”.
Además, ha tenido en cuenta el nuevo Plan Estratégico de la entidad hasta 2023 y el nuevo equipo gestor que asumió el cargo en este 2021. Esta perspectiva refleja los riesgos a la baja detectados por Fitch por el deterioro esperado, especialmente en la cartera doméstica de pymes, y a la apuesta de la agencia de un deterioro más contenido de lo que se podía esperar durante el año pasado.
Mientras, los indicadores técnicos de Estrategias de Inversión mejoran sensiblemente hasta los 7,5 puntos de los 10 puntos posibles. La tendencia es alcista en ambas vertientes, a medio y largo plazo, el momento total también, ya que tanto lento como rápido es positivo y la volatilidad del valor, a medio plazo, que se muestra decreciente.
En el otro lado, en el negativo, destaca el volumen de negocio, que, en ambas vertientes, a medio y largo plazo, se muestra decreciente para Sabadell. En el caso de la volatilidad, medida en términos de su rango de amplitud, a largo plazo es creciente para el valor.