Así aplica Banco Santander su estrategia sostenible a todos los proveedores

Banco Santander está firmemente comprometido con la protección del medio ambiente. La apuesta del banco por una economía verde no sólo afecta a su actividad interna y a la relación con sus clientes, si no que se extiende también a todas las áreas de la cadena de aprovisionamiento, desde los compradores hasta los proveedores. Aquanima, encargada de la gestión global de las compras del grupo, ayuda a las empresas a implementar sus estrategias y políticas de proveedores para que, además de cumplir con sus objetivos corporativos, se comprometan con el futuro socialmente responsable.  El objetivo es llegar a una mayor y más diversa red de suministradores y dotar de recursos a los analistas de compras para que puedan incluir criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) en todas las fases de su actividad.

Actualmente, tiene tres grandes líneas de trabajo que aplica tanto en el Grupo Santander como en compañías externas y en las que busca las mejores soluciones de ASG junto a los proveedores para, más allá del servicio, retar a las empresas a facilitar la mejor solución sostenible. Estos tres puntos son: procesos de evaluación y certificación ASG para los proveedores más críticos a nivel mundial; inclusión de criterios de selección donde los aspectos ASG ponderan positivamente; y contratación de créditos para la compensación de emisiones atmosféricas en 2020 de Santander.

Aquanima ha reunido recientemente en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, sede del grupo bancario en Madrid, a expertos de empresas líderes –entre ellos, Boston Consulting Group, Gestamp, Iberdrola, LKS Next y SGS- para debatir acerca de la importancia que ha adquirido la sostenibilidad en la funciones de compras. En este encuentro se repasaron los principales retos a los que se enfrentan las organizaciones para conseguir integrar los criterios ASG dentro de sus planes estratégicos. En este sentido, destaca el incremento de valor que, cada vez más, las áreas de compras están teniendo dentro de las compañías. 

“Estamos comprometidos con apoyar el crecimiento inclusivo y sostenible en todo el mundo, para que las empresas creen empleo, facilitar la inclusión financiera y combatir el cambio climático”, señaló Jorge de la Vega, responsable de Aquanima. Por su parte, Lara de Mesa, directora global de Banca Responsable de la entidad, aseguró que “el reto es grande, porque estamos en un momento de cambio sin precedentes donde el Santander ya está implantando los criterios ESG tanto en la cultura de la empresa, como en el compromiso que tiene la organización con todos los stakeholders y que se traduce en la incorporación de criterios de gestión medioambiental y buen gobierno en la toma de decisiones diarias”. 

Criterios para la selección de proveedores

La entidad española aplica unos estrictos procedimientos para la selección de proveedores en proyectos. En primer lugar, realiza una investigación en el mercado para buscar las empresas que ofrezcan créditos de carbono procedentes de proyectos de compensación, según detalla en el informe y procedimiento de la huella de carbono de 2020. Tras reunirse con las compañías para explicarles cuáles son las necesidades del Santander y las preferencias y requisitos que debían cumplir los créditos de carbono adquiridos, se realiza una licitación a través de Aquanima a la que se invitan a las empresas seleccionadas. El proceso de selección se realiza en dos fases: en la primera se valoran los criterios técnicos de las empresas y los proyectos presentados y, en la segunda, se analiza la oferta económica. 

En 2020, también puso en marcha dos iniciativas piloto para evaluar el cumplimiento de criterios ASG por parte de sus proveedores. Una, a través de un cuestionario con preguntas relacionadas con la huella de carbono, inclusión de género y discapacidad, trabajo flexible, salario mínimo y buenas prácticas de gobierno corporativo, entre otras. En total, se valoraron alrededor de 400 proveedores seleccionados en los diferentes países en los que está presente. Otra, referente a los criterios ASG en las negociaciones con terceros, en la que se utilizaron los cuestionarios del proceso de licitación para reunir más información sobre el gobierno corporativo y el impacto medioambiental y social de los proveedores en las categorías de servicios con uso intensivo de mano de obra, como los viajes y la energía.

Además, a finales del año pasado, Banco Santander creó un sello para calificar la sostenibilidad de las empresas de hasta 50 millones de facturación, con el objetivo de que puedan tener un rating que les permita diferenciarse con sus clientes y proveedores, además de ayudarlas a estructurar, conocer y mejorar la información y el nivel de implantación de ámbitos de la sostenibilidad que puedan necesitarse en determinados concursos públicos. Este es el primer rating de sostenibilidad concebido para este segmento que existe en el mercado con el aval independiente de AENOR. 

La hoja de ruta del banco para colaborar en la construcción de una economía verde es muy ambiciosa. La entidad, que desde 2020 es neutra en carbono en las operaciones internas en sus instalaciones, ha anunciado una detallada agenda con el gran reto de alcanzar la meta de cero emisiones netas en 2050. Hasta entonces, se ha comprometido a dar pasos muy importantes, como facilitar 120.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2025, cifra que se elevará a 220.000 millones hasta 2030; o, también con la mirada puesta en el mismo año, dejar de financiar a los productores de energía que tengan más de un 10% de ingresos provenientes del carbón térmico y eliminar toda su exposición a las minas de carbón con finalidad energética en todo el mundo. Además, el banco acompañará a sus clientes en el camino de transición para reducir sus emisiones, para lo que cuenta con equipos especializados.

“El cambio climático es una emergencia global. Somos uno de los mayores bancos del mundo, con 148 millones de clientes, y por eso tenemos la responsabilidad y la oportunidad de apoyar la transición ecológica y animar a más personas y empresas a ser más sostenibles”, ha señalado Ana Botín, firme defensora de “romper el vínculo entre crecimiento y emisiones de carbono que están dañando el planeta”.