El contrato tiene una duración de 25 años, durante los cuales se deben invertir 12,5 millones de dólares en el desarrollo de la obra, que procesara 441 millones de metros cúbicos de aguas servidas. Los especialistas señalan que la obra beneficiará a 4,5 millones de habitantes de 27 distritos de Lima, por lo que el ministro peruano de Economía y Finanzas, Luis Carranza, destacó que será una de las plantas más grandes de la región.

El gerente de ACS en Perú, Fernando Sánchez, aseguró, por su parte, que la construcción de la planta "soluciona y resuelve la contaminación de las playas de Lima y Callao". "Hay intención de seguir invirtiendo en el país a través de las filiales de ACS, y con posterioridad a esta adjudicación estamos participando en otros proyectos", anunció a los periodistas.

Detalló que la construcción de esta planta generará entre 800 y 1000 empleos directos e indirectos. "ACS tiene un compromiso con el país, que es un proyecto que vamos a mantener por 25 años y estamos obligados y es nuestro compromiso participar con la legislación", enfatizó. Sánchez dijo que la planta cumplirá con los estándares internacionales y que ACS está "enfocada en la construcción de la obra para que sea lo antes posible".

El convenio fue suscrito después de una controversia por un supuesto incumplimiento de las normas ambientales de ACS. Ante las denuncias, el Ejecutivo peruano anuló la concesión, pero luego corrigió la medida y anunció que se iba a solicitar la opinión de la Contraloría General de la República. El presidente peruano, Alan García, anunció el pasado 25 de julio que la Contraloría había determinado que la licitación cumplió con todos los procedimientos legales.