Somos inversores a largo plazo y en nuestra opinión, los cambios que están teniendo lugar en la cultura corporativa de muchas empresas en Asia, América Latina y Europa del Este no serán paralizados a corto plazo por las oscilaciones del mercado o los caprichos de los ciclos económicos. Esta tendencia de varias décadas se traducirá en mejoras en la rentabilidad y mayor creación de valor para los accionistas.

No existe una relación clara entre el crecimiento económico y el desarrollo del mercado de valores, uno no es indicativo del otro. Históricamente, aquellos países con mayor crecimiento económico han obtenido los rendimientos más bajos del mercado de valores - un resultado que no parece intuitivo. Pero hay dos buenas razones para esto: primero, el crecimiento no siempre crea valor para los accionistas y segundo, los inversores tienden a pagar más de la cuenta por el crecimiento.

Creemos firmemente que la creación de valor, primordialmente los retornos de capital de una empresa, soporta los precios de la acción en el largo plazo. La creación de valor tiene un poderoso poder explicativo, por lo que el gobierno corporativo es extremadamente importante en este sentido. El gobierno corporativo es también importante en los mercados emergentes debido a los altos estándares de los gobiernos corporativos que conducen a un mejor desempeño operativo, y a su vez es recompensado por una mayor evolución del precio de la acción.

De cualquier forma, los estándares del gobierno corporativo varían a través de los países de mundo desarrollado. Por ejemplo, la economía china ha registrado un crecimiento impresionante, pero la calidad del gobierno corporativo es, con frecuencia, mejor en otros países. Por lo tanto somos cautos respecto a los inversores que se centran únicamente en China. Esto contrasta con Brasil. La cultura es mucho más avanzada en el país suramericano y la calidad de los equipos de gestión es tan alta como en cualquier otra parte del mundo. Banco do Brasil y Vale son dos compañías que nos gustan. Podemos confiar en ellas e invertir con un alto grado de convicción de que van a crear valor para los accionistas. En comparación, en China la actitud hacia los accionistas puede ser inadecuada, haciendo nuestro deber de encontrar candidatos de inversión adecuados un reto mucho más grande.


De forma deliberada, adoptamos una visión a largo plazo – y por tanto paciente – sobre las opciones de inversión. Los inversores en mercados emergentes se centran en el corto plazo, mientras que las compañías necesitan tiempo para lograr sus objetivos y crear valor para el accionista. Los mercados emergentes están altamente influenciados por el factor cortoplacista – lo cual implica que el precio de la acción queda apartado con frecuencia de los fundamentales de la compañía. Estas anomalías ofrecen excelentes oportunidades a stockpickers como nosotros. Los buenos fundamentales de una compañía serán reconocidos por los inversores en un cierto plazo y creemos que las ineficiencias del mercado están mejor explotadas por una aproximación bottom-up. Entender los fundamentales de la compañía y su valoración es por lo tanto, crucial.

Mientras miramos el entorno de los mercados emergentes, seguimos encontrando muchas compañías con valoración y modelos de negocio atractivos, además de equipos de gestión disciplinados. Confiamos firmemente en que la selección de valores bottom-up es la forma más óptima para sacarle el mayor provecho a las ineficiencias del mercado y confiamos en que los inversores pacientes cosecharán las recompensas de esta estrategia a largo plazo.