Como recordarán, Pavlov estudió las respuestas reflejas que pueden producirse en los perros tras presentarles un trozo de carne acompañado del sonido de una campana: el perro salivaba, etc.
Después de un tiempo, no se le daba carne, se hacía sonar la campana, y el perro igual salivaba: reflejo condicionado. Ahora bien, Konorski, un famoso psicólogo experimental, quiso reproducir su experimento, cosa que consiguió.
Hasta que en el último ensayo, sin que lo supiera su ayudante, Konorski le quitó el badajo a la campana. El asistente se colocó frente al perro, quiso hacer sonar la campana... silencio... ¡y el perro salivó! Konorski llegó entonces a la conclusión de que el sonido de la campana era un estímulo para Pavlov, no para el perro. :-)
Wall Street está casi como el perro de Pavlov, suene lo que suene, con campana, con carne, o sin nada, sube a la más mínima que se le presente. A pesar de la amenaza que le representa el fin de la QE y unos datos macro como mínimo dudosos, en la semana el Nasdaq en zona de máximos no vistos desde el 2000 y el S&P 500 acercándose de nuevo a los máximos históricos.
La semana ha sido por tanto de total recuperación tras los sustos previos.
En Europa también ha ido bien, pero vean el gráfico de acompañamiento. La enorme diferencia que hay entre Europa y Wall Street, y el mucho mayor potencial de subida que puede tener Europa.
Es un gráfico de semanas del futuro del Eurostoxx. Se puede ver que se ha subido mucho desde las 14 palabras mágicas de Draghi. Pero desde el mes de noviembre del año pasado está atascado en una zona importante de resistencias formada por los máximos del año 2011 en unión de la línea punteada. Esta línea corresponde con total exactitud al retroceso de Fibonacci del 50% de toda la gran recuperación experimentada desde el año 2009.
Y vean que lejos quedan aún los máximos históricos. Habría que subir casi un 50% desde los niveles actuales para alcanzarlos.
¿Y se puede conseguir? Pues con el tiempo cualquiera sabe pero lo que está claro es una cosa, la clave estará en unos pocos días que serán fundamentales.
Nunca se sabe cuando vienen los buenos días y hay que aprovecharlos.
Si uno lee el trabajo del profesor Javier Estrada, Black Swans and Market Timing: How Not to Generate Alpha, se dará cuenta de que al final, en el mercado nos la jugamos a lo que suceda en unos pocos días muy locos, para bien o para mal, y no como comúnmente se cree a base de subidas y bajada constantes.
Les destaco unas citas:
En las 15 bolsas analizadas, dejar de cotizar en el mercado los 10 mejores días hizo que el valor de las carteras fuera de media un 50,8% menor que si se hubiera mantenido una inversión pasiva; y evitar los 10 peores días hizo que el valor de las carteras fuera de media un 150,4% mayor que si se hubiera mantenido una inversión pasiva.
Esos 10 días representan menos del 0,1% de las jornadas bursátiles tomadas en consideración.