Nicolas Sarkozy ha sido imputado por la Justicia francesa, acusado de corrupción, tráfico de influencias y violación del secreto de instrucción.

El ex presidente de Francia se enfrenta a una pena de cárcel de 5 años y a una multa de 500.000 euros. Aunque tal vez lo más importante es que podría ser inhabilitado para ejercer cargos públicos, lo que acabaría con su intención de volver a la política.

Se trata de la primera vez en la historia de Francia que un ex presidente es detenido; y sus partidarios acusan al Gobierno socialista de organizar una campaña contra él para que no vuelva a la política.

C.P.O.