Durante más de cinco años las maneras deliberadas del Mohamed El-Erian y el estilo despreocupado de Bill Gross fueron una combinación formidable en PIMCO, pero el año pasado, las diferencias entre ambos se volvieron un abismo infranqueable para el primero de ellos, quien veía con preocupación que las tensiones con el segundo le impidieran desempeñar su labor al cargo de la gestora privada de bonos.
“Siempre tuvimos estilo distintos, y eso nos hizo muy complementarios y pudimos llevar la firma hacia delante tanto en buenos como en malos momentos en el mercado”, explicó El-Erian en una entrevista recogida por The Wall Street Journal el viernes y realizada hace un par de semanas. “Esto funcionó muy bien durante mucho tiempo, hasta el año pasado”, afirmó, para añadir que el deseo de tener un mejor equilibrio entre vida laboral y personal también jugó un papel en su decisión de dejar PIMCO.
Sin embargo, más de dos meses después de hacerlo, Bill Gross sigue preguntándose ¿por qué? En una entrevista concedida a Bloomberg TV, el ejecutivo ha reconocido que su marcha aún es un misterio para él y una decepción para la firma.
“Simplemente dijo que no era el hombre indicado para llevar la sociedad hacia delante. Y yo le digo, vamos, Mohamed, dinos por qué”, ha señalado Gross, que se enfrenta a la imagen de “dictador” que El-Erian ha “pintado” de él ante los medios.
“El-Erian se ha ido y no va a volver, y el por qué se fue o lo que pueda haber dicho no importa. Es hora de que Gross se centre en lo que hace para ganarse la vida, que es gestionar carteras de bonos”, afirma tajante Erik Gordon, profesor de la Ross School of Business de la Universidad de Michigan.
S.C.