Eso es, al menos, lo que ha afirmado Moritz Kraemer, el jefe de deuda soberana de Standard & Poor’s en una entrevista con la CNBC. “La mejora a España es un reflejo de la cosecha de algunos de los frutos que ya han dado parte de las reformas estructurales y la reforma laboral que España puso en marcha”, explica.


En concreto, el rating de los bonos del Reino de España ha sido elevado hasta BBB, un escalón por encima de la calificación crediticia anterior. Además, la agencia le ha otorgado una perspectiva estable. En opinión del jefe de deuda soberana esto significa que “los riesgos sobre el rating estarán bajo control en los próximos dos años”.
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Esta nota es la cuarta más alta dentro del grado de inversión en la clasificación de S&P. Significa que el emisor tiene una capacidad adecuada para hacer frente a sus compromisos financieros, aunque es algo más susceptible que emisores con mejor nota ante acontecimientos económicos adversos. (Ver noticia)

S&P ha revisado al alza su previsión de crecimiento de la economía española en el periodo de 2014-2016 hasta el 1,6% desde el 1,2% anterior.

En cualquier caso, desde S&P siguen viendo problemas en la estructura de la deuda española, sobre todo después de que este año haya tocado máximos históricos en relación al PIB. “El nivel de deuda sigue siendo una de las principales debilidades del perfil de crédito de España –asegura el experto-. Cuando España se unió a la eurozona en 1999, la deuda conjunta del sector público y privado era de un 150% del PIB y ahora esa cifra es del doble, es decir un 300% del PIB”. Y recuerda que en Europa sólo hay dos países que superan esas cifras, Portugal e Irlanda. (Ver: Markus Allenspach: ¿Oportunidades en los bonos del Estado?)