Los ministros de Finanzas y líderes de bancos centrales de las naciones del G20 han cerrado un pacto por el que se comprometen a acelerar el crecimiento económico en un 2% del producto interior bruto (PIB), durante los próximos cinco años. Pero las naciones del G20, reunidas el pasado fin de semana en Sidney, durante la primera cumbre del 2014, no han dado detalles de cuotas específicas para cada país ni han concretado un plan de acción para conseguir este objetivo.

Así, se ha logrado el objetivo principal del país anfitrión, Australia, y de su Secretario del Tesoro, Joe Hockey, quién se había fijado el propósito de saldar esta reunión con un acuerdo global para impulsar el crecimiento mundial. En un comunicado oficial, se ha destacado que todas las naciones del G20 se comprometen a poner en marcha planes concretos para acelerar el crecimiento. El documento también explica que "Se desarrollarán políticas ambiciosas a la par que realistas que sirvan para impulsar el PIB colectivo por encima del 2% que marcan las trayectorias actuales". Y se añade que, para alcanzar este crecimiento, se tomarán "acciones concretas en todo el G20 que incluirán un aumento de la inversión, incrementar el empleo y la participación y promover el comercio y la competencia, además de llevar a cabo políticas macroeconómicas."

Analistas como José Luis Martínez Campuzano, Estratega de Citi en España, han valorado esta reunión y sus resoluciones diciendo que, "por el momento, sólo nos han dejado buenas palabras y poca concreción". Por su parte, Michael Blythe, economista jefe del Commonwealth Bank
of Australia, se pregunta: "¿Cómo vamos a ser capaces de medir si se consiguen estos objetivos si ni siquiera ahora sabemos dónde estamos en términos de crecimiento?".

Sobre otro de los asuntos clave que se esperaba discutir en esta cumbre del G20, el de las consecuencias que en las economías emergentes ha tenido el inicio de la retirada de estímulos de la Reserva Federal de los EEUU (Fed), el comunicado oficial ha enfatizado la importancia de que los bancos centrales "mantengan su compromiso de calibrar y comunicar sus decisiones en materia de política económica." Y se les ha llamado a "tener en cuenta los impactos de sus acciones en la economía global".

Sobre este asunto, Campuzano reflexiona que si los bancos centrales, en este caso la Fed, deben actuar de forma prudente, ¿cómo lo va a hacer el resto? Y dice: "Como puedan y deban, pero siempre de forma flexible. De nuevo la política monetaria dejando al margen su independencia para plegarse a la necesidad de mantener la estabilidad financiera mundial. Pero, ¿no es su objetivo precisamente la estabilidad financiera?".

Se lamenta este experto de que se habla de diferente estabilidad financiera: "Desde la prevención de excesos y burbujas de precios hasta la necesidad de que los mercados sigan siendo parte de la recuperación económica. Los mercados financieros siguen siendo parte de la recuperación; su potencial inestabilidad futura es algo de lo que hay que temer".

¿HA ALLANADO MARIO DRAGHI EL CAMINO PARA ACTUAR EN MARZO?

Una de las intervenciones más esperadas de la cumbre del G20 fue la del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, quien, sobre el acuerdo de crecimiento global alcanzado, reconoció que es "un tanto ambicioso fijar un objetivo numérico global".

Acerca de la recuperación de la Zona Euro, Draghi admitió que "es aún modesta, pero menos frágil". También explicó que "el BCE está listo para actuar si es necesario sobre la base de las perspectivas de inflación".

Craig Erlam, analista de mercado de Alpari UK, cree que de estas declaraciones del presidente del BCE, además de las del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, quien es típicamente agresivo, se desprende que el banco central está "listo para lanzar alguna medida relacionada con el estímulo económico en la Zona Euro".

Según Erlam, "Draghi declaró que en la reunión de marzo van a tener más información en su poder para tomar una decisión, lo que bien podría tomarse como una justificación de la inacción del mes pasado". Sin embargo, Weidmann destacó que opciones como el tipo negativo para los depósitos bancarios no están sobre la mesa. En cambio, el presidente del Bundesbank confirmó que no descartaría una suspensión de la esterilización de las compras.

José Luís Martínez Campuzano, por su parte, concluye que "la inclinación del Presidente del BCE es clara para tomar nuevas medidas". Pero, se pregunta: "¿De qué medidas hablamos?", y añade, "sin duda, las que no entran en este debate son: recorte adicional de tipos, suspender la esterilización del SMP. Y poco más por el momento. Veremos".

N.J.