Independientemente de que el Euro/Dólar no haya sido capaz de confirmar en precios de cierre por encima de los máximos de 2013 (1,3892), el aspecto técnico no se ve afectado lo más mínimo. Es cierto que el pasado viernes, cuando marcaba un máximo en los 1,3915, fue incapaz de cerrar por encima de los máximos del pasado ejercicio, pero el hecho de que ya tengamos un nuevo máximo en intradía es una clara señal de fortaleza. Sobre todo porque a ello habría que unirle que los mínimos siguen siendo, al igual que los máximos, crecientes. Eso es lo que realmente importa.
Si en el corto plazo el cruce decide corregir hasta niveles de soporte cercanos a los 1,38 es lo de menos, incluso sería lo más lógico.
Además, desde comienzos de febrero el subyacente se encuentra encajado dentro de un impecable canal alcista “de manual”. Canal cuya parte superior coincide, al tick, con los máximos del viernes pasado.
JM.R.