Al alza, y con fuerza, con los principales índices rozando sus máximos y recuperando casi lo que han perdido en las últimas cinco jornadas de caídas. Quizá, sólo quizá, la solidez de la recuperación podría ser tal, que los inversores hayan perdido el miedo. (Ver: Tapering on y caídas generalizadas)
La mayor parte de los expertos esperan que el tapering se produzca el próximo mes de marzo, pero si algo nos ha enseñado la FED este año es que es capaz de sorprender, y mucho. Lo hizo en mayo cuando adelantó que la retirada de estímulos podría producirse este mismo año y lo hizo en septiembre, cuando siguió con el actual ritmo de compra de activos al contrario de lo que estimaban todos los analistas. ¿Por qué habría de ser esta vez diferente? (Ver:
el tapering llamando a las puertas de la FED)
Lo que ocurre es que, al contrario de lo que sucede con los tipos de interés, no hay un umbral de crecimiento o desempleo que sirva como línea de salida. Sabemos que los tipos comenzará a subir cuando el desempleo esté en el 6,5% o la inflación a largo plazo esté por encima del 2%.
Sin embargo con el tapering sabemos que sucederá cuando la economía muestre solidez en su recuperación y el empleo no siga siendo demasiado elevado.
¿Serán suficientes para la FED los datos conocidos esta semana?
En una entrevista con Bloomberg justo después de la publicación del dato de empleo, el CEO de PIMCO, Bill Gross, apuntaba a que en estos momentos hay un 50% de posibilidades de que el tapering se inicie en diciembre o en marzo. El consenso apuesta por el primer trimestre de 2014, aunque el consenso ha demostrado que no es infalible en las predicciones del comportamiento de la FED.
En noviembre la tasa de paro alcanzó los mínimos de los últimos cinco años al crear 203.000 empleos no agrícolas y situar el desempleo en el 7% de la población activa.
La cifra está muy por debajo de las previsiones de los expertos. El consenso había calculado la creación de 180.000 puestos de trabajo y una tasa de paro del 7,2%, lo que era el mínimo de los últimos cinco años. (Ver comunicado). En la actualidad, el número de parados en Estados Unidos asciende a 10,9 millones de personas.
En esta cifra se incluyen los empleados del gobierno que se quedaron sin empleo en el mes de octubre con el cierre temporal de la administración de Estados Unidos, el llamado shutdown.
También se han revisado al alza las cifras de creación de empleo de septiembre y de octubre, en conjunto, suman un total de 8.000 puestos de trabajo más.
El dato de empleo es crucial para la Reserva Federal, que lo considera uno de los elementos que accionarán la retirada de estímulos cuando se produzca. Hasta el momento, tasas de paro del 7,2% aún las consideraban excesivamente altas.
Hay que destacar, además, que la próxima presidenta de la FED, Janet Yellen, es una conocida experta en el mercado laboral, con lo que estas cifras serán, quizás, más importantes a la hora de tomar decisiones.
Sin embargo, la tasa de desempleo ha dejado de ser el único ratio en el que se fijan en la Reserva Federal. Al igual que ha sucedido en otros lugares del mundo, en Estados Unidos se ha reducido significativamente la tasa de población activa. En noviembre se ha mantenido en mínimos de los últimos 35 años, en el 63%.
De hecho, el propio Ben Bernanke aseguraba en la rueda de prensa posterior a la reunión del FOMC el pasado mes de septiembre, que esta circunstancia distorsionaba los datos de empleo.
Al analizar los datos vemos más señales positivas, como el aumento de horas trabajadas. De 0,1 hora en noviembre hasta 34,5 horas semanales de media en el conjunto de sectores.
También aumenta el salario medio por hora trabajada; en este caso en 4 centavos hasta 24,15 dólares, lo que supone un aumento anual del 2% (48 centavos).
Si Bill Gross piensa que tras este dato la posibilidad del tapering en diciembre aumenta, Roger Altman, antiguo Secretario del Tesoro y actual presidente de Evercore Partners piensa que la labor de la FED para mejorar la economía ha sido excelente, pero que ya ha llegado el momento de parar. (Ver entrevista)
Confianza del consumidor
Y es que no sólo el empleo ha sido positivo. Uno de los datos que apuntala la recuperación en Estados Unidos es, tradicionalmente, el gasto de los consumidores estadounidenses. Apenas una hora después de conocerse el dato del empleo, se publicaba el dato de la Confianza del Consumidor de Michigan, que era mucho mejor de lo que habían pronosticado los analistas.
Así, crecía hasta 82.5 puntos, la mayor lectura desde el pasado julio, frente al 76 que esperaba el consenso.
Parece que todo está a punto para que la temporada de compras navideñas sea un éxito. Hay que tener en cuenta que el consumo privado genera un 70% del PIB estadounidense.
La encuesta apunta a que esta mejora en la confianza se produce tanto por los aumentos del empleo, las subidas del valor de la vivienda y las revalorizaciones de las acciones en manos de los estadounidenses. Hay que considerar que desde los mínimos de 2009, el S&P 500 sube más de un 160%.
Con todos estos datos, más los que ya hemos conocido esta semana, como la expansión del PIB del 3,6% en el tercer trimestre (mayor subida desde principios de 2012); o el mayor aumento de las ventas de viviendas nuevas en más de tres décadas; habrá que ver la reacción de la FED. (Ver noticia)
Aunque es mayoritario el número de expertos que cree que la retirada de estímulos comenzará el mes de marzo, cada vez aumenta más la incertidumbre sobre la respuesta de la Reserva Federal. La próxima reunión se celebrará los días 17 y 18 de diciembre.