Presión en Wall Street y búsqueda de refugios seguros como el oro, la deuda estadodunidense o la alemana, ante la tormenta que ha estallado en Portugal ante las dificultades que atraviesa Banco Espirito Santo (BES), que han hecho revivir los recuerdos de los días más oscuros de la crisis de deuda de la Zona Euro.
MarketWatch califica la situación de “reacción instintiva” y señala que los “inversores no deben entrar en pánico”, pero afirma que “debe servir como importante recordatorio de que Europa no ha dejado sus problemas atrás” e indica cinco cuestiones que debemos tener presentes:
- La clave sigue siendo España e Italia, la tercera y la cuarta mayor economía, respectivamente, que siempre han marcado el posible punto de no retorno en la crisis. Aunque las rentabilidades de la deuda han subido este jueves, aún siguen siendo muy bajas. A menos que se disparen es difícil argumentar que haya un sentido real para el pánico en el mercado.
- Todavía no hay una red de seguridad en toda regla. Los políticos europeos, tal y como indican los expertos de Capital Economics, aún no han logrado llegar a una solución que rompa el círculo vicioso establecido entre los bancos y los gobiernos con problemas de la Zona Euro. Las autoridades han dado pasos hacia la unión bancaria que convertirá al Banco Central Europeo (BCE) en el único supervisor, se han implementado algunas normas que obligarán a los acreedores a pagar los rescates... Sin embargo, otros elementos importantes, como un fondo de garantía de depósitos común, siguen “desaparecidos”.
- Draghi compró tiempo, los políticos lo dilapidaron. Los líderes europeos han despilfarrado el respiro que les dieron los esfuerzos del BCE y su presidente en un discurso que el miércoles mostró la frustración de la autoridad monetaria. Discreto pero claro afirmó que los políticos tienen que hacer frente a los desajustes económicos y a la falta de unidad política y fiscal. También pidió nuevas reglas que obliguen a los Gobiernos a tomar “medidas correctivas” para mejorar la competitividad de sus economías.
- El crecimiento sigue siendo débil. Los recientes datos macroeconómicos que se han conocido han despertado los temores sobre que Alemania, la economía más poderosa de la Zona Euro, está empezando a fallar. Mientras, el desempleo en la periferia sigue siendo alto y tenaz.
- Los bancos no están prestando. Aunque los reguladores están implementando medidas y vigilando de cerca al sector financiero, y “a pesar de las reorganizaciones estructurales que está experimentando”.
BES probablemente no marca el regreso de los días oscuros de la crisis de la Zona Euro, pero hay mucha razones por las que los inversores deben mantener sus ojos abiertos.
S.C.