La economía británica necesita equilibrarse para navegar con seguridad entre los múltiples riesgos a los que tendrá que hacer frente en los próximos años. Esto es lo que ha señalado el gobernador del Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés), Mark Carney, en cuya opinión estos “retos” son la reparación de los balances públicos y privados, una apreciación del 10% de la libra esterlina en el último ejercicio, la liquidez y otros requerimientos de prudencia para las entidades financieras, etc.

Para alcanzar este equilibrio hará falta una estrecha colaboración de todos los responsables políticos: fiscales, monetarios y macroprudenciales.

Por otra parte, Carney ha afirmado que un incremento de los tipos de interés “podría suceder antes de lo que espera el mercado”, aunque rápidamente ha añadido que “en este momento es más seguro concluir que aún queda margen de reserva para ser empleado antes de endurecer la política monetaria”.

Esto se debe a que los tipos ya están muy bajos y revertir esta situación “excesivamente rápido” podría provocar una situación difícil de deshacer. “Un sector privado altamente endeudado es particularmente sensible a las tasas de interés”, ha agregado Carney.

S.C.