Los analistas de Barclays analizan hoy el rescate de Banco Espírito Santo (BES), anunciado anoche por el Banco de Portugal.
“Los resultados peores de lo esperado presentados el 30 de julio aumentaron la desconfianza de los inversores y ahorradores, por lo que una capitalización privada no fue posible”, ha explicado el banco central portugués, destacan estos expertos.

“La actividad general de BES y los activos serán transferidos a Novo Banco. Los depósitos serán mantenidos. Los clientes podrán realizar todas sus operaciones sin problemas. La ampliación de capital de Novo Banco (4.900 millones de euros) será suscrita por el Fondo de Resolución.
Los accionistas y los acreedores se quedarán con el antiguo BES, que heredará los activos problemáticos. La plena contribución de los accionistas y acreedores será garantizada”, añaden estos analistas.
“El Fondo de Resolución ha tomado prestado el dinero el Estado portugués. El crédito será temporal y reemplazado por créditos garantizados por instituciones internacionales. Bajo el programa de 78.000 millones de euros finalizado en mayo, parte del crédito estaba dirigido a recapitalizar bancos (6.400 millones de euros)”, afirman desde Barclays.
“El Estado portugués tiene una confortable posición de liquidez y suficientes fondos para solucionar los problemas de BES. Sin embargo, el coste mayor de lo esperado de la operación reduce el tamaño de la ayuda financiera que puede proporcionar el fondo en el futuro, si otras instituciones financieras lo necesitaran. Las implicaciones financieras de la crisis de BES para el perfil crediticio de Portugal son limitadas, pero pensamos que los inversores pueden mantenerse en guardia sobre los riesgos de problemas latentes en el sistema financiero, ya que la cantidad de fondos que restan para hacer frente a posibles problemas se ha reducido considerablemente”, concluyen.