Amazon vuelca ahora toda su energía en expandirse hacia nuevas posibilidades. Su negocio en la nube AWS va viento en popa, pero con muchos y cada vez más cercanos competidores y en el presente ejercicio, superar las cotas de venta online del pasado ejercicio, cuando todo el mundo estaba en casa, parece una quimera.
Así que, la compañía de Seattle se mueve hacia nuevos mercados. Entre ellos, potenciar su servicio de mensajería, que tan bien les ha funcionado con su modelo Prime, incluso para clientes externos a su sitio web o aplicación. De ahí que plante cara directamente a los reyes del sector en Estados Unidos, FedEX y UPS. Un mercado que ha ido creciendo además exponencialmente, el de sus envíos. De hecho, en 2019 mandaba menos de la mitad de sus propios paquetes. Ahora manda nada menos que el 72%.
Es un mercado en el que ya está presente, por ejemplo, con algunos servicios en el Reino Unido, que podrían trasladarse a Estados Unidos en los próximos meses. Pero parece que en el camino serán selectivos, con servicios determinados y no generales como los de sus “competidoras” que copan el mercado. Incluso se indica que sus aviones ya trasladas carga del servicio postal estadounidense.
Entregas en la que, en el Reino Unido y en Irlanda le ha llevado a unirse a su participada en un 16% de su capital Deliveroo. Ahora, en aquel país, ofrece a sus clientes Prime entrega gratuita de sus pedidos en una cierta cantidad anual. Todo ello tras salvar los problemas de competencia de las autoridades británicas e irlandesas.
En su gráfica de cotización el valor no logra retomar sus máximos anuales conseguidos en el mes de julio. En los últimos cinco días recortes algo superiores al 1% es lo que marca Amazon en Wall Street, con avances del 6,8 en el último mes, apenas se mueve a la baja un 0,85 en el trimestre, y su avance semestral, alcanza el doble dígito hasta el 10,82%. En lo que va de año, el valor apenas gana un 5% en el mercado americano.
Un factor positivo para el valor ha sido, sin duda, la mejora de las ventas minoristas en siete décimas y en un 1,8% sin contar los automóviles, contra todo pronóstico ya que se esperaba una caída. Un indicador que en Estados Unidos se ha mostrado a la baja tras los cheques de estímulo de la economía. En cierta manera porque los consumidores habían variado su pauta de gasto para destinarla al ocio y los viajes. Pero parece que ese dinero vuelve a las ventas minoristas, y revierte en los vendedores online de Amazon.
En cuanto a recomendaciones, destaca la creencia actual y general del mercado en que el valor está barato frente al resto de FAANG y que es una opción de compra. Desde Goldman Sachs Eric Sheridan inicia cobertura sobre Amazon con consejo de compra del valor y un precio objetivo de 4.250 dólares por acción. Considera que el valor debe beneficiarse de situación del sector de Internet y sus vientos de cola. Y sobre todo por la diversificación de sus segmentos que sigue implementando y que, a largo plazo, le pueden suponer un crecimiento superior al 15% y elevar sus márgenes en los próximos años.
Desde Bank of America consideran que la compañía tiene una oportunidad de oro clave en su crecimiento. Se trata del desarrollo de un sistema de punto de venta de forma que pueda competir con Shopify y otras compañías del sector. Mientras que Evercore ISI eleva su precio objetivo hasta los 5.000 dólares por acción. Desde TipRanks, hay unanimidad entre los analistas que siguen al valor: pleno de 31 sobre 31 que invitan a comprar el valor. Su precio objetivo alcanza los 4.220,14 dólares anuales, lo que deja por delante un recorrido alcista para Amazon de casi un 22%.
Y por último ya hemos hablado de la Amazon TV que se dibuja integrada con Alexa. Y los analistas se pronuncian. Desde Morgan Stanley, el analista Brian Nowak considera que esta novedad podría ayudar a la compañía a expandir su posición de dominio en el mercado, tanto minorista como de la publicidad. Y lo cree por varias razones. La primera es el mayor alcance en el hogar conectado. La segunda, un cambio del comportamiento del consumidor hacia las compras basadas en la voz. En definitiva, un impulso de Amazon para controlar el Internet de las Cosas (IoT).