La Bolsa española cerró el mes de noviembre con un volumen de capitalización de 900.000 millones de euros lo que representa una caída significativa respecto al mismo periodo del año anterior. Aún así, tan sólo un 4%/5% de él se encuentra en manos de brókeres ajenos a BME. ¿Cuál es la situación del mercado en comparación con el resto de plazas europeas?
“Más del 95% de los valores españoles que están admitidos a negociación tiene lugar aquí en un porcentaje superior que en otros mercados europeos, como el caso de la Bolsa de Londres donde el volumen que ha perdido a favor de estos mercados alternativos es muy significativo, en París también y en Italia algo menos.

Nosotros hemos sabido jugar nuestras bazas. Nos hemos sabido mantener más allá de unos mecanismos de transacción competentes en términos técnicos y creemos que vamos a seguir ahí. Somos un caso especial, pero que se basa en el conocimiento que tenemos sobre los mercados”.

Las operaciones a través de opciones se han incrementado un 90%, ¿a qué atribuyen esto?
“Es un mercado donde los volúmenes no son espectaculares y se ha debido a distintas circunstancias. Una de ellas, muy interesante, es que ha habido un gran participante en el mercado. Y luego a que ha habido cierto reflejo a que las contrataciones que se anuncian, contrataciones OTC, encaminadas a mercados regulados como somos nosotros, creemos que ya han entrado en esa zona”.

El 38% del valor bursátil se encuentra en manos extranjeras, ¿cómo valora este dato?
“En términos del volumen de la contratación en manos de no residentes es superior al 70%. Esto se debe a que esta bolsa es una bolsa muy internacionalizada, de hecho, piensen que los valores más negociados en Europa son compañías como Telefónica, BBVA y Santander, empresas muy internacionalizadas. Al mismo tiempo debería de ser motivo de satisfacción, no sólo para nosotros, sino para el país en general porque pone de manifiesto un grado de confianza muy importante”.

¿BME tiene pensado reducir el dividendo de cara a próximos ejercicios?
“La voluntad de los gerentes de la compañía es la mantener la política de dividendos lo más generosa posible en línea con los resultados de la compañía. Es cierto que, por otro lado, somos de las pocas compañías que no tienen deuda, hemos sabido obtener unos resultados muy sólidos y todo eso nos ayuda a decir que queremos mantener una política de alta remuneración para el accionista. El que pueda haber pequeñas o medianas fluctuaciones depende naturalmente de los beneficios, pero la política va en ese sentido”.

¿Cómo cree que ha afectado la prohibición sobre cortos a BME?
“Nos ha afectado. Las autoridades españolas y europeas, sobre todo la última prórroga, han tomado esa decisión en base a circunstancias excepcionales, pero nosotros queremos que entiendan que esas circunstancias ya han concluído y que, por tanto, esa prohibición desaparezca. Realmente no favorece al mercado, no ayuda a las horquillas de precios porque se deterioran y no es favorable para el desarrollo de la fluctuación de precios. Yo espero que entiendan también que en un contexto en el que tan sólo España y Grecia la mantienen, debería desaparecer”.

¿La nueva política impositiva sobre las plusvalías en la bolsa considera que afectarán al mercado?
“Los temas que puedan favorecer el acceso al capital serían interesantes y positivos en una situación en la que lo que nos sucede es que hay un exceso de deuda y se da una necesidad de capitales. Más allá de eso, los ajustes por razones recaudatorias pueden tener un efecto difícil de estimar. Habría que ver cuando entren en marcha esas medidas cuáles son sus efectos. A mí me parece que debería tenerse en cuenta el tema de que lo que favorezca la formación de capital es positivo porque es probablemente necesario un reequilibrio en las empresas entre deuda y capital”.