EEUU “está en un proceso de devaluación de su tipo de cambio que es lógico, ya que tiene el déficit exterior absoluto más grande del mundo y quiere compensarlo con una devaluación de su divisa”. Aún así, “el núcleo central de la guerra de divisas está en los países que tiene superávit, pues ellos quieren apreciarse lo menos posible contra el dólar y para ser más competitivos frente al vecino”. Estos frentes serían: “China contra Alemania, Brasil y los países satélites de Asia como Corea del Sur y Japón"


Con respecto a las medidas de Quantitative Easing I, el experto dice que “funcionaron y dieron liquidez al mercado, pero el problema es que los bancos no están encontrando demanda de crédito sana para presentar, dado que las expectativas de crecimiento son pequeñas”.Ahora, el Quantitative Easing II “tiene como principal objetivo devaluar el dólar aumentando la masa de dólares en el mercado”.

En cuanto a la política de actuación del BCE Ortega dice que “es tremendamente complicada porque dentro de la Unión Europea hay países con déficit y superávit, por ejemplo, el segundo mayor déficit en términos absolutos del mundo es el español y, en cambio, Alemania tiene el segundo superávit mundial en términos absolutos”.

El experto descarta que el BCE esté interesado en realizar una monetización de su deuda y tampoco tiene un objetivo dual, como la Fed (reducir paro y aumentar inflación), “sólo pretende crear empleo”, dice. Por ello, “el BCE deja que el euro se aprecie” aunque “lo ideal sería que el mercado dejara de estar intervenido y que los países con superávit dejasen de fortalecer sus divisas para que toda la carga de depreciación del dólar caiga sobre el euro”. Si esto no sucede, “irremediablemente la tendencia del euro continuará al alza y superando incluso los 1,45 dólares”.

El yen es “de las divisas que están en el lado del superávit, por lo cual, una salida de la crisis tendría que venir por un fortalecimiento del yen y su nivel de fortalecimiento lógico puede estar cercano”.

“China está muy preocupada por las dos realidades de Europa y podría estar haciendo un esfuerzo por intentar buscar una paridad yuan-euro que le viniera bien en el proceso de dejar que el dólar caiga contra el yuan. Podría estar planteándose la paridad yuan-euro alrededor de los 1,45-1,50 euros”, dice Ortega.

“El modelo en el que el consumidor americano era derrochador y los países emergentes fabricaban porque había demanda ha llevado a que unos países acumularan superávit y otros déficit, por lo que todos están queriendo resolver el problema sin resolver el modelo, por lo tanto, seguir con este planteamiento por parte de los emergentes no tiene sentido”, considera el experto. “Los países que están deben apreciar sus divisas deben quedarse atrás dejando que otras que se aprecien mucho más”. Al final, “lo que deben dejar es que el mercado ponga cada divisa en su sitio”.

Recomienda “salirse del dólar mientras sigan controlados los mercados intervencionistas, pues habrá más oportunidades de inversión en mercados menos intervencionistas como el dólar-euro o el dólar-yen”.