Standard & Poor 's ha puesto en revisión la calificación crediticia de seis empresas petroleras y gasistas de Europa. Ya han bajado las calificaciones de Royal Dutch Shell a 'A + / A-1' desde 'AA- / A-1 +'
y colocó la calificación de largo plazo en revisión con implicaciones negativas. Así mismo, también colocó en revisión las calificaciones de BP, Eni, Repsol, Statoil ASA, Statoil Forsikring, Statoil US Holding, y Total.
 
La revisión de calificación refleja su previsión de menor cobertura de deuda, sobre todo en 2015-2017, y posible flujo de caja negativo después de los gastos de capital (CAPEX) y dividendos.
 
La revisión del sector se produce tras la reciente revisión del precio objetivo del petróleo y el gas como resultado de la sobreoferta mundial de petróleo y la salida abundante de gas natural en América del Norte. También observan un continuo reajuste mundial de los costos de producción a menor los niveles.
 
Desde Standard & Poor’s quieren esperar a conocer los resultados de 2015 y las actualizaciones de planes estratégicos de las compañías puestas en revisión para tomar una decisión definitiva sobre su rating. Desde la agencia prevén que las cuentas del ejercicio 2015 muestran debilidad impactadas por reducciones agresivas de costos y gastos de capital durante el año. En consecuencia, los indicadores crediticios podrían situarse por debajo de sus directrices para las actuales calificaciones. Además, en S&P no pronostican una recuperación significativa del sector para 2016 y 2017. Tampoco creen que la caída del precio del petróleo - 52% de media en 2015 - vaya va a ser igualado por el recorte de costos y los ajustes de gasto de capital durante el año.
 
La agencia de calificación trabaja con un escenario base para el petróleo Brent de 40 dólares por barril para el resto de 2016; de 45 dólares por barril en 2017; de 50 dólares por barril en el 2018, y sucesivamente.

La caída en el EBITDA de las grandes petroleras provocada por el retroceso brusco de los precios son sólo puede ser compensado en parte por las medidas de reducción de costos y de los movimientos de divisas. Asumen que los márgenes de refino podrían caer un cuarto más en 2016 frente a 2015.

Aunque las valoraciones de los activos ligados al petróleo ligado han caído, las compañías tienen midstream y otros activos cuyo valor no disminuido notablemente.
 
En cuanto a la retribución al accionista, ven que corre peligro el mantenimiento de los dividendos en efectivo para la mayoría de las empresas, ajustados por scrip dividend. (Ver: ¿Cuánto pierden las petroleras europeas con la crisis del crudo?)

 
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