¿Qué es la productividad?
La productividad, es genéricamente entendida como la relación entre la producción obtenida por un sistema de producción o servicios y los recursos utilizados para obtenerla. También puede ser definida como la relación entre los resultados y el tiempo utilizado para obtenerlos: cuanto menor sea el tiempo que lleve obtener el resultado deseado, más productivo es el sistema.
En el ámbito de desarrollo profesional se le llama productividad al índice económico que relaciona la producción con los recursos empleados para obtener dicha producción.
La productividad evalúa la capacidad de un sistema para elaborar los productos que son requeridos y a la vez el grado en que aprovechan los recursos utilizados, es decir, el valor agregado.
Una mayor productividad utilizando los mismos recursos o produciendo los mismos bienes o servicios resulta en una mayor rentabilidad para la empresa. Por ello, el Sistema de gestión de la calidad de la empresa trata de aumentar la productividad. Aunque el término productividad tiene distintos tipos de conceptos básicamente se consideran dos: como productividad laboral y como productividad total de los factores (PTF).
La productividad laboral se define como el aumento o disminución de los rendimientos, originado en la variación de cualquiera de los factores que intervienen en la producción: trabajo, capital, técnica, etc. Se relaciona con el rendimiento del proceso económico medido en unidades físicas o monetarias, por relación entre factores empleados y productos obtenidos. Es uno de los términos que define el objetivo del subsistema técnico de la organización. La productividad en las máquinas y equipos está dada como parte de sus características técnicas.
La productividad en la empresa
Cuando hablamos de si una empresa tiene una tasa alta o baja de productividad nos estamos refiriendo a la capacidad que tiene la sociedad para agregar valor a los recursos que consume. Se entiende por ese valor agregado el que la compañía ofrece al público con un producto nuevo y es lo que determina el precio final de venta. Es decir, si una empresa de muebles recibe 1.000 toneladas de madera, la productividad se entendería como el valor añadido que se le puede conseguir a esa materia prima – la madera – al ser transformada en muebles. Si la compañía consigue, una vez pagada la materia prima y los gastos como electricidad o salarios, ganar dinero entonces sería una compañía productiva.
Aunque, esta no es la única manera de medir la productividad de la empresa. Si bien la parte más importante es la de la obtención de beneficios, también hay que considerar el tiempo para producir. Generalmente, las compañías de forma individualizada suelen calcular cuánto tiempo tardan en fabricar un producto determinado. Si por ejemplo, una compañía tecnológica consigue fabricar teléfonos en 1 hora y otra en 20 minutos, entonces la segunda sería a priori más productiva. Pero, hay que relacionarlo con los beneficios. Quizá, la primera logre más margen de beneficios por unidad que la segunda. Aunque, también es probable que, en el cómputo global, una haya fabricado 1.000 teléfonos y la otra 10.000. Por eso, es necesario relacionar tanto el volumen fabricado, el tiempo empleado y los beneficios obtenidos.
Por último, la productividad se puede medir tanto de manera interna para mejorar el funcionamiento de la compañía, como por sectores y a nivel nacional. A nivel nacional, y según la OCDE, la productividad se entiende como el resultado de dividir el PIB entre el número de personas empleadas en él y de esa manera la calculan por año y la comparan entre países miembros de esa organización. Así, España suele estar en los puestos más bajos debido a que la tasa de paro del país siempre suele ser de las más altas de la OCDE.