¿Qué es el coeficiente de correlación?
El coeficiente de correlación, también llamado índice de correlación calcula la frecuencia de movimientos de los precios en una dirección y en la opuesta por dos valores durante un periodo determinado de tiempo. Esta frecuencia se muestra entre los valores +1 y -1. Se usa para medir la correlación de las tendencias de dos mercados o valores.
- Una correlación positiva indica que los dos valores tienen la misma tendencia.
- Una correlación negativa indica que los dos valores tienen tendencias contrarias.
- Una correlación cercana a cero indica que hay poca correlación.
El coeficiente estará comprendido entre +1 y -1. Llegará a +1 cuando existe una perfecta correlación entre las dos series. Alcanzará -1 cuando la correlación es opuesta y 0 cuando no existe ninguna relación entre las dos series. Un bajo coeficiente de correlación (por ejemplo + 0.10) sugiere que la relación entre dos variables es escasa. La dirección del cambio de la variable dependiente dependerá del signo del coeficiente. Si es positivo entonces la variable dependiente se moverá en el mismo sentido que la variable independiente, y si es negativo, entonces la variable dependiente se moverá en sentido contrario al movimiento de la variable independiente. Un valor de correlación alto negativo (ej: -0.80) significa que cuando el oscilador cambie, seguramente nuestro precio cambiará en sentido contrario.
¿Por qué es importante el índice de correlación?
La correlación es una medida que se toma muy en cuenta a la hora invertir y lo que hace es poner en relación el desempeño de dos valores diferentes. Por ejemplo, podemos mirar la correlación que tiene el oro con el S&P 500 para saber cómo influye el comportamiento de uno en el otro. Si la correlación fuera de +1 significaría que ambos activos, en este caso el oro y la bolsa americana, siguen la misma tendencia. En caso de que fuera -1 significaría que siguen tendencias totalmente opuestas, lo que quiere decir que, si el S&P 500 sube un 10%, el oro bajaría un 10%. Por tanto, lo normal es encontrar valores que no lleguen habitualmente ni al +1 ni al -1, aunque si que existirá más o menos correlación entre unos y otros.
A la hora de conformar una cartera, siempre se habla de la búsqueda de activos que generen una descorrelación. Es decir, añadir activos con correlación negativa. Esto significa que si nuestra cartera está mayoritariamente expuesta al sector tecnológico tendríamos que añadir activos con una correlación negativa para minimizar el riesgo de mercado y poder capear mejor la volatilidad.
Al añadir activos con correlación negativa lo que se está buscan es minimizar en cierta manera el riesgo, ya que, si el mercado cae en un sector, subiría en el otro y nuestra cartera no sufriría tanto. Como es lógico, es una buena estrategia que hay que adaptar en cada periodo, ya que en función del momento económico en el que nos encontremos la tendencia alcista estará en uno u en otro lado del mercado. Por ejemplo, si se prevé que la bolsa suba, la mayor parte de nuestra cartera estará larga en renta variable. Pero, esto no significa que para guardarnos las espaldas añadamos algunos activos que nos protejan en caso de caiga. O lo que es lo mismo, que tengan una correlación negativa con la renta variable en la que estemos invirtiendo.
Es una estrategia de inversión a seguir para cuando se realiza una gestión activa de la cartera y se va vendiendo y comprando activos en función del momento de mercado. Por eso, es muy positivo saber utilizar el coeficiente de correlación o índice de correlación para poder añadir aquellos activos más descorrelacionados que nos ayuden a minimizar los riesgos.