El poco atractivo de la renta fija ha provocado una fuerte huída de los inversores particulares hacia otro tipo de activos que ofrecen unas mayores rentabilidades. Por quinto año consecutivo estos inversores han reducido su cuota de mercado situándose alrededor de los 18.000 millones, tan sólo el 1,2% del volumen en circulación, frente a los 20.000 millones