La reducción de estímulos por parte de la Reserva Federal, las tensiones geopolíticas entre Ucrania y Rusia, los defaults en China, una ralentización económica de estos países y la caída del precio de las materias primas hicieron sonar las alarmas de los inversores. Sin embargo, existen diversas razones para no descartar una inversión en la renta fija de dichos países