Malos tiempos para Rolls-Royce. La firma británica ha tenido su mayor accidente en los mercados de los últimos tiempos. Los títulos de la compañía han comenzado a cotizar en la bolsa de Londres en la presente jornada con un retroceso de hasta más de un 20%, después de que la empresa informara un cambio de sus previsiones para el conjunto de este año.
De esta manera, el valor ha pasado a cotizar casi a la mitad de precio que como se encontraba hace poco más de medio año, cuando alcanzó sus máximos anuales. La causa principal, efectivamente, no ha sido otra más que la modificación de sus previsiones para el 2015. La firma ha anunciado que el beneficio de este año se situará entre la horquilla de los 1.325 y 1.475 millones de libras, igual que su pronóstico en julio, con la particularidad de que prevén que el resultado estará en la parte baja del rango.
Sin embargo, lo más llamativo ha sido que sus estimaciones de cara al 2016 han sido revisadas a la baja. El grupo espera que las ganancias para el próximo año sean de 650 millones de libras, debido al descenso de la demanda de motores y turbinas para su segmento industrial y aeronáutico.
La dinámica de la compañía cambiaría puesto que hasta ahora, durante más de 10 años, ha estado experimentado un notable crecimiento en su nivel de ventas y beneficios por la fabricación de motores tanto para Airbus como para Boeing.
En este sentido, Rolls-Royce lleva en periodo de reestructuración desde el verano. En concreto desde que su nuevo CEO, Warren East, cogiera los mandos de la empresa en el pasado mes de julio. Fue entonces cuando anunció que pretendía hacer que la compañía ahorrara entre 150 y 200 millones de libras anualmente. Entre otras medidas, se espera que podría eliminar el pago del dividendo.