Como consecuencia de todo ello, el beneficio neto de Repsol alcanzó
los 1.736 millones de euros y fue superior en más de 3.100 millones de euros al del ejercicio 2015, en el que la compañía realizó provisiones extraordinarias ante la posible persistencia de un escenario de precios deprimidos del crudo y del gas.
El beneficio neto ajustado, que se situó en 1.922 millones de euros, fue un 4% superior a los 1.852 millones de euros obtenidos en el año 2015, ejercicio en el que se incluyeron resultados financieros excepcionales de 500 millones de euros, derivados fundamentalmente de la posición en dólares que tenía la compañía tras cobrar la expropiación de YPF.
La fortaleza de los negocios de Repsol se vio reflejada en el EBITDA, que alcanzó los 5.226 millones de euros, un 18% superior al obtenido en el ejercicio anterior, apoyado también en los ahorros derivados de los programas de eficiencia. La capacidad de los negocios y el éxito de las medidas aplicadas (eficiencia, gestión de cartera y sinergias) permitieron reducir la deuda neta de la compañía en 3.790 millones de euros, un 32%, situándola al cierre del ejercicio en 8.144 millones de euros.
El ratio deuda neta sobre EBITDA mejoró un 42%, hasta situarse en 1,6 veces. Al cierre del ejercicio, la liquidez de la compañía ascendía a 9.300 millones de euros. En 2016, Repsol batió su objetivo de sinergias y eficiencias para el conjunto del año, obteniendo más de 1.600 millones de euros, un 150% de lo previsto inicialmente. En 2017, la compañía incrementará esta cifra hasta los 2.100 millones de euros de ahorros, superior a las expectativas y anticipando así el objetivo establecido para el año 2018.
Todas las áreas de negocio de Repsol obtuvieron resultados positivos en el ejercicio, con un destacado comportamiento del Upstream, que incrementó en 977 millones de euros su resultado neto ajustado respecto al año anterior.
Por su parte, el Downstream obtuvo un beneficio neto ajustado de 1.883 millones de euros, gracias a las ventajas competitivas derivadas del modelo integrado de negocio de la compañía, a la calidad de sus activos de refino, al buen desempeño de la Química y a los mejores resultados de los negocios comerciales. La compañía cerró el ejercicio con una producción media de 690.200 barriles equivalentes de petróleo diarios, un 23% más que lo producido en 2015.
Durante 2016, la acción de Repsol se revalorizó en bolsa un 33%, lo que supone una de las mayores subidas entre sus comparables europeas y del Ibex35. Además, en el scrip dividend cerrado en enero en sustitución del tradicional dividendo a cuenta del ejercicio 2016, los titulares del 80% de los derechos de asignación gratuita optaron por recibir nuevas acciones de la compañía.
Fiel a su compromiso medioambiental y con los objetivos de la Cumbre de París (COP21), en 2016 Repsol continuó profundizando en sus medidas de eficiencia energética. En este sentido, la compañía disminuyó en más de 4 millones de toneladas de CO2 las emisiones anuales de los últimos diez años, y reducirá un millón más hasta el año 2020, a la vez que mejora su competitividad.
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