Las cajas consideran que el crédito para la compra de una vivienda "se desacelerará suavemente" y aunque no prevén un incremento significativo en la carga financiera de las familias, advierten que algunos colectivos pueden encontrarse con problemas para hacer frente al pago de sus hipotecas, como las personas que hayan contratado recientemente un préstamo o las rentas bajas.