La narrativa de inversión en evolución en torno a los metales

En el ciclo alcista

La creciente demanda surgida de las mega tendencias tecnológicas, tales como la transición energética, está ampliando el espectro de los metales como instrumentos de inversión, al punto que no quedan atados completamente a los vientos de cola cíclicos. En nuestro informe de Perspectivas de las materias primas para 2021, destacamos cuatro temas clave que se espera que repercutan sobre sus precios este año. Ellos son la reflación, el gasto en infraestructura como factor impulsor de una recuperación estructural, un mayor foco en los temas ambientales y los patrones climáticos que afectan a las materias primas. Los tres primeros tienen una relación directa con las perspectivas de los metales.

La reflación se relaciona a una combinación de la mejora de la demanda industrial y las condiciones fiscales y monetarias acomodaticias. Esta temática favorece a las cestas de materias primas. De todos modos, la pandemia puede, inclusive, alentar a los gobiernos a cubrir la brecha de $15 mil billones en infraestructura para agilizar el crecimiento económico. Esto puede darle un ímpetu al sector de metales industriales. Asimismo, las inversiones focalizadas en las temáticas climáticas pueden brindarles un respaldo adicional; un ejemplo de ello es el plan de $2 billones para el desarrollo de un futuro de energía limpia sostenible. Aunque seguramente el desarrollo de estas temáticas lleve años, se espera que adquieran un mayor momentum en los próximos meses.  

En las mega tendencias

Los metales industriales son los materiales básicos de muchas mega tendencias relacionadas a la tecnología. Son cada vez más los inversores que reconocen que el mercado accionario no es la única vía de acceder a estas temáticas. Por ejemplo, se prevé que el uso del cobre en la fabricación de vehículos eléctricos de pasajeros aumente desde un poco menos del medio millón de toneladas (Mt) de 2020, a más de 2.5 Mt para 2035. Asimismo, se espera que la necesidad de desarrollar vehículos más livianos requiera de mayores cantidades de metales como el aluminio. De manera similar, es probable que se utilicen mayores cargas de níquel en las baterías para energizar estos vehículos. Se espera que las baterías representen el 30% de la demanda de níquel para 2040, lo que sería un 5% más de lo que es actualmente. La reciente fortaleza de estos metales parece ser un indicio del creciente interés global que se constata en los vehículos eléctricos. 

Los metales preciosos con aplicaciones industriales también son relevantes en esta discusión. El uso de la plata en los vehículos eléctricos operados a batería oscila entre 25-50 gramos (grs) por vehículo, en comparación a los 25-28grs de los vehículos a motor de combustión interna. La demanda automotriz de la plata también puede aumentar para 2025 a 88 millones de onzas (Moz), en comparación a los 51 Moz de 2020 a medida que los vehículos eléctricos proliferan en las rutas. De modo similar, si las pilas a combustible son adoptadas por los fabricantes de automóviles como una fuente viable de energía, la demanda de platino también podría aumentar significativamente, dado que el metal es utilizado como catalizador dentro de la pila a combustible y en la producción de hidrógeno. 

Modos de acceder a los metales

Los inversores tienen opciones. Los productos cotizados ofrecen generalmente una exposición a los futuros vigentes sobre metales industriales. Cuando los precios de las materias primas suben fuertemente, las exposiciones a los futuros vigentes generalmente lucen más favorables. Los enfoques potenciados como el Optimised Roll Industrial Metals Total Return Index, buscan en cambio maximizar el rolo positivo cuando la curva de los futuros está en backwardation y minimizar los rolos negativos cuando la misma está en contango.

Los beneficios de estos enfoques suelen típicamente verse a partir de largos períodos. 

Sin embargo, cuando se trata de los metales preciosos, muchos inversores prefieren las exposiciones a los metales físicos debido a que también están percibidos como instrumentos de conservación de riqueza o de mayor protección contra las caídas de los mercados bursátiles y de renta fija. La plata colocada en los productos cotizados (ETPs) alcanza actualmente un récord que araña el billón de onzas troy, en comparación a las 600 mil millones de onzas de un año atrás. Algo similar se da en las tenencias de ETPs sobre platino, las cuales ascienden a 3.9 millones de onzas en comparación a aproximadamente 3.5 millones de doce meses atrás.

Los metales mencionados aquí no constituyen una lista exhaustiva. En cambio, sí ilustran cómo los metales no solamente son de interés para los inversores tácticos que buscan capitalizar la recuperación cíclica, sino también el atractivo que tienen para inversores de largo plazo que les entusiasma acceder a la creciente gama de valores temáticos de modos diferenciados.