¿Fondos indexados o fondos cotizados? Esa es la cuestión. Y dese Pictet lo tiene claro: a pesar de que los activos en gestión de los ETFs han crecido en Europa hasta 321.000 millones de dólares en los últimos cinco años – desde los 100.000 millones- y los menores costes aparentes, el coste real es mayor que el expresado en comisiones “con costes asociados a réplica imperfecta, diferencias con respecto a valor liquidativo y riesgos de contraparte”, reconoce Habib Nasrallah, especialista en acciones de Pictet AM quien reconoce que estos fondos “pueden ser alternativa cuando un mercado no está disponible en fondos indexados, los cuales muestran ventajas para el inversor”.


La inversión pasiva o de exposición al riesgo sistemático de un mercado es posible mediante fondos cotizados ETF o fondos indexados. Pero ¿cuál es más adecuado para cada perfil de inversión? Nasrallah considera que los indexados pueden ser más adecuados que los primeros “para inversores a largo plazo, sensibles a riesgo de contraparte. Su comisión de gestión y custodia es competitiva, pueden tener calidad en la réplica del índice y generalmente muestran menor diferencial de rentabilidad, pues se compran a valor liquidativo diario”. En España, a diferencia de los ETF, se pueden beneficiar de diferimiento de impuestos sobre plusvalías en el traspaso entre fondos.


El ETF, instrumento de corto plazo

Sin embargo entre ETF “existen costes ocultos debido al coste del colateral en los sintéticos, costes adicionales por royalties a proveedores de índices y de cotización en mercados organizados. De hecho su menor rentabilidad respecto a sus índices en tres años no es explicable por comisiones ni impuestos sobre dividendos no recuperables”.

De manera que puede convenir un ETF para el inversor interesado más en plusvalías inmediatas que en precio pagado, con habilidad superior, capaz de elegir el momento apropiado y de compensar las diferencias con valor liquidativo. Se trata de entrar y salir rápidamente en el día y jugar con la volatilidad.