No era por el precio ni mucho menos, al menos en este inicio. Es la conclusión que podemos sacar del proceso más esperado para Ethereum. El que consistía en pasar de la Prueba de Trabajo a la Prueba de Participación, que ha sido todo un éxito de crítica y público, pero que en cuanto a la divisa digital se ha saldado con caídas, de nuevo profundas del 17%.
Más atento a la coyuntura económica y al creciente miedo desatado en estas semanas de septiembre ante la coyuntura económica futura, Ethereum ha retrocedido de nuevo para marcar recortes que, en lo que llevamos de año, se acercan peligrosamente a los dos tercios de su precio. De hecho, desde máximos de noviembre del pasado ejercicio, Ethereum cede ya en el mercado, un 72%.
En su gráfica de cotización vemos, de hecho, cómo los números no mienten. Cede un 17,8% semanal, con caídas mensuales que superan el 14,2% para el activo. El recorte semestral se eleva hasta el 52,8% y, en lo que llevamos de este 2022, las caídas para Ethereum en el mercado se colocan por encima del 63.4%.
Pero más allá de ello, lo cierto es que buena parte del universo criptográfico, con sus defensores y detractores, coinciden en dos asuntos: que la Fusión ha sido todo un éxito y que esto podría implementar mejoras indirectas de precio en su consecución futura en el mercado para Ethereum.
Por ejemplo, ese paso en la eliminación del algoritmo de prueba de trabajo en la segunda moneda criptográfica del mercado tras Bitcoin, indica que se reducirá a la mínima expresión, en un 98% su consumo energético, entre los augurios más conservadores. Y ese hecho, la llegada a la “ecología” de Ethereum podría impulsar más su adopción institucional, en especial con los gestores de fondos, ante la búsqueda en sus inversiones de la sostenibilidad, y, por tanto, impulsar su precio.
De hecho, uno de sus cofundadores, Vitalik Buterin considera que ahora el consumo alcanzará tan solo, en las transacciones de Ethereum, un 0,2%, lo que de facto también abaratará su implementación. Se trata de esa mejora progresiva que elevará sustancialmente la escalabilidad deseada del activo, que, en muchos casos, se estaba quedando atrás frente a las “asesinas de Ethereum”, más eficientes y baratas en sus operaciones.
Lo que queda bien a las claras es que los efectos inmediatos al completarse La Fusión han quedado reflejados. El hashrate, algo así como la cantidad de operaciones de computación que se pueden realizar, se ha llegado a duplicar con creces una vez desaparecida la minería del universo de Ethereum. Varias de las redes, se han duplicado, desde Ergo, hasta Ethereum Classic, como Ravencoin. En el segundo caso, como vemos en imagen, se pasó de 70,5 terahash por segundo hasta superar las 162 TH/segundo en sus mejores momentos
Aunque de momento parece que la tan traída posibilidad de que su produzca lo que en argot se conoce como el “Flippening” que Ethereum supere por capitalización a Bitcoin tendrá que esperar. Aunque Bitcoin ha perdido peso en el global de las criptomonedas, lo cierto es que Ethereum solo capitaliza 164.216 millones de dólares, menos de la mitad que la primera criptodivisa del mercado. En la clasificación de la capitalización global se encuentra en el puesto 66 por debajo de Wells Fargo y por encima de UPS.
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