Este índice se elabora con cerca de 210.000 precios de los cuales informan unos 29.000 establecimientos distribuidos en 177 municipios de todo el territorio nacional. La recogida de datos de 462 artículos se realiza de forma tradicional (mediante visita personal a los establecimientos en las fechas que corresponda), así como por teléfono y correo electrónico. Además, mediante medios automatizados (como scanner data o web scrapping) se recogen datos de otros 493 artículos. En determinados artículos tarifados se obtiene información de las publicaciones oficiales correspondientes, según explica el Instituto Nacional de Estadística (INE) que realiza el cálculo.
En la cesta de la compra del IPC de este año han entrado nuevos artículos como las mascarillas higiénicas y la suscripción al periódico on line. Y salen otros como el reproductor de imagen, el reproductor portátil, el DVD y el compac disc. Como consecuencia de estos ajustes, la cesta de la compra del IPC actual pasa a tener 955 artículos (de los cuales 462 son de recogida tradicional y el resto se recogen mediante scanner data), frente a los 977 de la base anterior (con 480 de recogida tradicional).
“El cambio de base es un proceso que se realiza cada cinco años, cuyo objetivo es renovar el IPC, mediante su adaptación a los cambios en las pautas de consumo de los hogares, y la incorporación de mejoras metodológicas. Por tanto, dos de las operaciones más relevantes que se realizan son la revisión de la cesta de la compra, y la actualización de la estructura de ponderaciones”, apunta el INE en una nota de prensa.
La siguiente tabla muestra las ponderaciones de los principales grupos utilizadas durante el año 2021 y las que se utilizarán durante el año 2022 para el cálculo del IPC. En concreto, el INE clasifica los productos en doce grupos como alimentación y bebidas no alcohólicas; alcohol y tabaco; vestido y calzado; vivienda; menaje; medicina; transporte; comunicaciones; ocio y cultura; enseñanza; hoteles, cafés y restaurantes y otros bienes y servicios.
Este proceso de actualización de las ponderaciones sigue las recomendaciones de la oficina estadística europea (Eurostat) y permite obtener una nueva estructura adaptada a los cambios en los hábitos de consumo de los hogares en el año posterior al de las restricciones provocadas por la pandemia.
Cómo afecta a las empresas
La evolución del IPC tiene implicaciones en todos los agentes económicos como familias, empresas y Estado. A nivel empresarial, una subida de la inflación erosiona los márgenes empresariales aunque es una oportunidad para elevar precios y repercutir el aumento de costes en el cliente. A su vez, los empleados suelen demandar incrementos de salarios en la negociación de los convenios y también los proveedores pueden elevar los precios de las materias primas o de los servicios que presten a la empresa.
Sin embargo, la inflación es un mal económico porque reduce el consumo de las familias al debilitarse sus ahorros. Sólo las empresas que mantengan su volumen de ventas podrán seguir aumentando sus beneficios.