Entre las turbulencias que han asolado la bolsa británica, muy pocos valores han sido capaces de progresar. Una de esas felices excepciones es AstraZeneca. Mientras que el índice FTSE All-Share perdía cerca del 30% en 2008, la cotización de AstraZeneca subía alrededor del 36% en términos absolutos. La mayor parte de esta diferencia positiva de rentabilidad se registró a finales del año pasado, después de que la compañía anunciara que había conseguido resolver los litigios sobre las patentes de dos de sus fármacos más importantes. Las resoluciones judiciales favorables a la compañía sobre Nexium, un fármaco antiulceroso, y Seroquel, un medicamento para la esquizofrenia, eliminaron dos grandes riesgos que se cernían sobre la compañía y que habían minado la cotización desde comienzos de año.


El
sector farmacéutico afronta una serie de importantes desafíos en los próximos años. Uno de ellos es el elevado número de fármacos cuya patente expirará en breve. En el caso de AstraZeneca, esto significa que varios de sus medicamentos superventas estarán amenazados por sus equivalentes genéricos más baratos. También se suscitan dudas sobre la capacidad de la empresa para compensar estas pérdidas de ventas con nuevos medicamentos en desarrollo. La compañía espera que Brilinta, un medicamento que trata problemas cardiacos, contribuya considerablemente a las futuras ventas.

Sin embargo, estas cuestiones ya nos resultan familiares y muchas previsiones parten de la base de que el crecimiento de los beneficios de AstraZeneca estará limitado a medio plazo. Consciente de los baches que se avecinan, la dirección ha respondido con un importante programa de reestructuración con el que se prevé conseguir unos ahorros anuales de 2.500 millones de dólares de aquí a 2013.

El sector farmacéutico sin duda tendrá que evolucionar para abordar los desafíos del futuro, especialmente en los EE.UU., donde la amenaza de reforma del sistema sanitario siempre está presente en la agenda política. Pero en periodos de recesión económica, AstraZeneca parece decidida a continuar ofreciendo beneficios estables y sigue siendo una empresa con una gran capacidad de generar flujos de caja. Debido también a su atractiva valoración, los inversores pueden encontrar sus rasgos defensivos difíciles de resistir.