En 2020, los inversores tendrán que centrarse en los rendimientos del carry y ajustar sus perspectivas a corto plazo, seleccionando emisiones que todavía ofrezcan rentabilidades relativas con menor volatilidad. Un enfoque más activo, identificando rentabilidades positivas de carry sin exponer las carteras a riesgos indebidos a través de títulos cuidadosamente seleccionados. Esto debería poder dotar a las carteras de menor volatilidad y unos ingresos relativamente sólidos.

Contrariamente a lo que podría pensarse, la era de la renta fija no ha terminado. En un entorno de crecimiento positivo, desde SYZ AM creen que tanto el alto rendimiento como los bonos emergentes en moneda fuerte pueden apuntalar la rentabilidad de una cartera. Existen buenas oportunidades de carry.

Gracias a la combinación del crecimiento, el apoyo de los bancos centrales y la ausencia de expectativas de inflación, los responsables de política monetaria podrán mantener su rumbo actual.

Por supuesto, para la gestora, la búsqueda de rendimientos continuará siendo el principal catalizador de la asignación. Aunque 2019 arrojó sólidas rentabilidades, esto se debió principalmente a la caída de los tipos de interés, más que al ajuste de los diferenciales. Todavía percibimos valor y margen de compresión, ya que los diferenciales están a medio camino entre su valor razonable y un nivel ligeramente caro.

La deuda corporativa investment grade ofrece oportunidades más allá de la parte de cinco a diez años de la curva de tipos, donde los diferenciales son más amplios. Esto se hace especialmente patente en la zona euro, donde el Banco Central Europeo sigue comprando activos. En estas circunstancias, parece ser una buena alternativa a la deuda pública.

En los mercados emergentes, la deuda pública brasileña en moneda fuerte ofrece un carry elevado y notables probabilidades de reformas políticas satisfactorias, que apuntalarían los precios de los bonos. También vemos oportunidades interesantes de carry en la deuda indonesia y rusa, donde los indicadores fundamentales del crédito mantienen buena orientación. 

Finalmente, en el plano de la deuda pública, priorizan los bonos del Tesoro estadounidenses a sus homólogos europeos. Si no se equivocan en cuanto al crecimiento, los bonos del Tesoro de EE.UU. ofrecen un carry más interesante y mejor cobertura a diez años que los títulos de otros mercados desarrollados. 

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