Aunque muchos oyentes ya conocen el término “fondos boutique”, ¿podrías explicarnos en qué se caracterizan exactamente?
Victoria Torre: Creo que muchas veces, cuando los inversores buscan fondos, lo primero que les viene a la cabeza —como ocurre en otros ámbitos— son los grandes nombres: las gestoras más conocidas y los fondos superventas. Sin embargo, hay otro tipo de fondos que provienen de gestoras más pequeñas, con patrimonios más reducidos, en los que el papel del gestor es muchísimo más relevante.
A menudo no tienen un catálogo muy amplio porque están especializados en un determinado nicho, y eso es precisamente lo que les hace diferentes. Esto conlleva una serie de ventajas, aunque también algunos inconvenientes a la hora de invertir. En las gestoras grandes, los equipos suelen ser enormes; aquí a veces se trata de un gestor único o de equipos muy reducidos.
También hay que tener en cuenta el tamaño del patrimonio: suelen ser fondos más pequeños y eso puede implicar algunas dificultades operativas a la hora de invertir grandes volúmenes. Por eso, muchas veces no aparecen en las grandes listas de fondos de inversión.
No obstante, esto no significa que sean peores: simplemente son menos conocidos, y si uno busca bien, puede encontrar auténticas joyas boutique con trayectorias y consistencias envidiables.
¿Por qué crees que estos fondos boutique son especialmente interesantes para diversificar una cartera?
Victoria Torre: Más que por diversificación, por la descorrelación. Yo puedo estar muy diversificada, tener muchos activos, pero si todos siguen la misma tendencia de mercado, al final el riesgo no disminuye tanto como parece.
En cambio, los fondos boutique, al ser más pequeños y contar con la gestión personal y diferenciada del gestor, suelen desviarse mucho más de los índices. Eso es muy interesante porque ayuda a descorrelacionar la cartera.
Y no solo de forma general. En momentos coyunturales también pueden ser clave. Por ejemplo, ahora que los tipos de interés han bajado y los fondos monetarios han perdido buena parte de su atractivo, para esa parte más conservadora de la cartera resulta muy interesante intentar encontrar alternativas descorrelacionadas, precisamente por ese factor diferencial.
Además, muchos de estos fondos tienen un control del riesgo extremadamente estricto, lo que en el momento actual puede ser especialmente útil para buscar un reemplazo o complemento a los monetarios cuando no sabemos bien dónde colocar el dinero.
Cartesio es una de las gestoras boutique más veteranas en España, ¿podrías contarnos vuestra filosofía de inversión?
Ignacio Sanz: Nuestra filosofía está basada en varios principios, pero sobre todo en la gestión flexible. Nosotros analizamos todas las tipologías de activos —acciones, bonos corporativos y también liquidez, que al final es un activo más— y tratamos de identificar dónde se encuentra el mejor binomio rentabilidad-riesgo. Tenemos dos fondos: Cartesio Y, que invierte en renta variable y liquidez, y Cartesio X, que además incorpora crédito corporativo.
También creemos que es esencial mantener los costes bajos para el inversor, de forma que la gestión sea eficiente a largo plazo, y que las comisiones estén principalmente ligadas a la rentabilidad: que a nosotros nos vaya bien como gestora solo cuando al partícipe también le va bien invirtiendo.
Y para reforzar ese compromiso, todo el patrimonio financiero de los socios y gestores está invertido en nuestros fondos, de modo que el cliente sabe que estamos en el mismo barco. Entre las dos estrategias gestionamos cerca de 1.100 millones de euros. En definitiva, la clave para nosotros es la gestión flexible, para capturar las mejores oportunidades del mercado, pero siempre ponderando bien ese binomio rentabilidad-riesgo.
En el caso de Ábaco Capital ¿Hay algún aspecto particular que destaque en vuestra forma de gestionar los fondos?
María Pont: Sí, efectivamente. Nosotros creemos firmemente en la inversión en valor. Llevamos más de 15 años aplicándola, y los resultados demuestran la convicción que tenemos en esta filosofía.
Nos basamos en tres pilares fundamentales: la paciencia, porque no perseguimos modas del mercado, sino que buscamos valor real; la disciplina, porque invertimos con convicción y prudencia; y diría que el punto más importante es la coinversión. Al igual que comentaba Ignacio, en Ábaco tanto los socios principales como los empleados somos coinversores en nuestros fondos. Eso garantiza que todos rememos en la misma dirección que nuestros partícipes.
Definís el Cartesio X Income como un fondo de gestión flexible. ¿Podrías explicar en qué consiste exactamente y cómo estáis posicionados actualmente?
Ignacio Sanz. Creo que lo mejor es ilustrarlo con un ejemplo reciente. En 2021 asistimos a una de las mayores burbujas que ha habido en la historia de los mercados financieros: la renta fija. El 70% de los bonos en grado de inversión tenían rentabilidades negativas, es decir, tenías que pagar para que te guardaran el dinero.
En ese contexto, nosotros mantuvimos el 70% del Cartesio X en liquidez porque no queríamos participar de esa distorsión. La mayor posición del fondo era precisamente una posición corta en el bono alemán. Es como si la aseguradora te pagara a ti por asegurar tu coche: con tipos negativos te pagaban por gestionar el riesgo de duración o de tipos de interés.
Esa es la esencia de nuestra gestión flexible: adaptarnos para proteger al inversor. En 2022, cuando la renta fija sufrió grandes caídas, nuestro fondo terminó casi en tablas, y en los dos últimos años ha ofrecido rentabilidades de doble dígito. Este año lleva un 5% y estamos posicionados con una rentabilidad a vencimiento del 5,5% anual para los próximos cuatro años.
Y enlazando con lo que comentaba Victoria, hoy vemos que los fondos monetarios han funcionado bien como defensivos, pero creemos que hay que ir un paso más allá. Si quieres un fondo tranquilo, con volatilidades del 3%-4%, debes dar el salto a bonos corporativos. Nosotros tenemos una cartera de grado de inversión con ese 5,5%-7% de rentabilidad a vencimiento y duración de cuatro años, para estar tranquilo pero defendiendo bien la inflación.
¿Cómo está actualmente posicionado el Ábaco Renta Fija Mixta Global?
María Pont. En estos momentos el fondo está algo más defensivo de lo habitual, pero con ideas muy claras y siempre con una visión de largo plazo. En renta fija vemos oportunidades muy interesantes en emisiones corporativas de buena calidad, con tipos muy atractivos. Mantenemos la duración baja para reducir el riesgo de la cartera.
En la parte de renta variable estamos invertidos en empresas con posiciones competitivas fuertes, líderes en su sector, gestionadas por equipos de gran relevancia y que, además, coticen por debajo de lo que consideramos su valor intrínseco.
Todo esto con el objetivo de ofrecer a nuestros partícipes un binomio riesgo-rentabilidad que se ajuste a su perfil.

