Las primeras reacciones a los ataques fueron las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, que calificó el asesinato de Sleimani como una escalada de la violencia extremadamente peligrosa. Mientras que el Ayatolá de Irán, Ali Khamanei, advirtió de que tomarían rigurosas represalias.

En reacción a los ataques y a estas declaraciones, el pasado viernes el precio del crudo de Texas WTI subió un 3,06% hasta los 63,05 dólares por barril, tocando su nivel más alto desde mayo de 2019. En la sesión de este lunes tanteó la resistencia ubicada en los 64 dólares por barril. Esta barrera técnica se ha puesto a prueba hasta en cuatro ocasiones en los últimos seis meses, y todas ellas funcionó como sólida resistencia.

Situación técnica de oro y petróleo tras una semana de intensa volatilidad

En el gráfico diario de WTI, cortesía de broker Activtrades, observamos que alcanzar este nivel de precios se frenaron los avances, a pesar, del ataque con misiles de Irán a las bases estadunidenses en Irak de Asad e Irbil, realizado como respuesta al asesinato de Soleimani.

El miércoles Donald Trump compareció en la Casa Blanca y anunció como respuesta al ataque militar de Teherán nuevas sanciones contra Irán, en vez de la contundente respuesta militar esperada. Los mercados del petróleo reaccionaron a este testimonio con una caída del 4,97% en el precio del WTI y de un 4,15% en el crudo tipo Brent.

Desde el pasado mes de marzo el precio del crudo de Texas se ha movido en un rango lateral de unos 12 dólares, comprendido entre 52 y los 64 dólares por barril. Bajo un punto de vista técnico, no va ocurrir nada relevante mientras que el WTI no rompa el rango en alguna dirección.

El oro, uno de los activos más demandados en momentos de tensiones geopolíticas o de agitación en los mercados financieros, iniciaba la semana tocando máximos de casi 7 años en los 1.600 dólares por onza, niveles no vistos desde marzo de 2013. El lunes consiguió superar la histórica resistencia situada en los 1.550, donde estableció su máximo más reciente el pasado mes de agosto. Con la ruptura de este nivel superó la parte alta del lateral en el que cotizaba durante los últimos cuatro meses, marcando así un nuevo máximo creciente que podría reactivar la tendencia alcista de fondo.

El miércoles superó por momentos la cota de los 1.600 dólares, pero terminó cerrando con una caída del 2,32% a 1.558 dólares la onza. Durante la últimas dos sesiones el área de los 1.550 dólares está actuando como soporte, el segundo soporte está ubicado en 1.485 y el tercero en 1.440, mientras que cotice por encima de este nivel la tendencia al alza de largo plazo seguirá vigente. 

En este momento tenemos la primera resistencia del oro situada en los 1.600 dólares, la segunda está en 1.670 y la tercera en 1.780. Por encima de este nivel de precios, no se observan referencias de resistencia hasta los máximos históricos de agosto de 2011, marcados en 1.883 dólares por onza.