José Luis Cava asegura que la liquidez global sigue creciendo, aunque “a un ritmo desacelerado”, mientras que en Estados Unidos “se está contrayendo”, lo que históricamente “provoca caídas o correcciones en las bolsas”. Asegura que “las reservas de los bancos comerciales en la Reserva Federal han caído por debajo de los tres billones, situándose en 2,8 billones”. Esto, afirma, “ha generado tensiones en los mercados monetarios” que podrían afectar al oro, las bolsas y Bitcoin.
Para analizar el impacto, se fija en la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años, que “ha superado el 4% y podría dirigirse hacia la zona de resistencia 4,20-4,30”. A su juicio, “esto puede suponer una presión bajista a corto plazo para las bolsas”. Advierte, además, que la subida reciente de los mercados ha estado impulsada por “los inversores particulares”, mientras que los institucionales no compraban. Sin embargo, las últimas encuestas del Bank of America muestran que “ahora los gestores de fondos están comprando”. Cava interpreta este cambio desde la teoría de la opinión contraria: “Si los institucionales compran, es probable que a corto plazo las bolsas caigan”.

Apoya su análisis con el índice de sentimiento de los inversores individuales de la Asociación Americana de Inversores, que muestra una diferencia de siete puntos entre alcistas y bajistas. Aunque reconoce que “todavía hay miedo en el mercado”, cree que esta situación “podría dar lugar a una pequeña corrección”. En su opinión, la “excusa” para esa corrección sería “el aumento de la rentabilidad del bono a 10 años”, pero insiste en que “no descarrilará la tendencia alcista del S&P 500”. Más bien, prevé “una limpieza de posiciones de los nuevos gestores que acaban de entrar antes de que continúe la subida”.

A continuación, presenta su “maldad” del día: el aplazamiento del euro digital. Explica con ironía que el Banco Central Europeo “ha decidido retrasar el lanzamiento del euro digital hasta 2029”, cuando inicialmente estaba previsto para octubre de 2025. “Han capitulado, han fracasado”, dice, y rechaza las “razones tecnológicas” alegadas oficialmente: “Eso es verborrea. Lo han aplazado por el fuerte rechazo de los ciudadanos europeos y por la oposición del sistema bancario”.
El experto compara esta situación con la competencia global: “Estados Unidos lanzará su stablecoin respaldada por deuda americana, y China tiene su yuan respaldado indirectamente por oro”. Frente a ellos, “Europa queda fuera de juego: este es el fracaso más estrepitoso que hay”.
Finalmente, aborda el comportamiento de Bitcoin, que “no para de caer”. Reconoce que muchos analistas creen que “ha hecho techo” y que, históricamente, el cuarto trimestre suele ser de corrección. Sin embargo, discrepa: “En el mundo financiero las reglas están para romperlas. Lo que importa son los gráficos, los datos y la liquidez”. Dado que “la liquidez global sigue creciendo”, considera que Bitcoin “debería recuperar el retraso que lleva frente al oro y al S&P 500”.
Apunta que el índice de miedo y codicia del mercado cripto marca un nivel de 29, equivalente al registrado cuando el S&P 500 hizo suelo en abril de 2025, lo que indica que “nos están metiendo miedo para que vendamos y ellos se lo queden”. Analizando el gráfico, explica que Bitcoin se encuentra “en la parte baja de un triángulo expansivo”, una zona “de alta volatilidad y acumulación por parte de las manos fuertes”. Según su equipo, esa figura “es de continuación de tendencia” y el objetivo más probable es que “Bitcoin se dirija hacia la parte alta del triángulo y la supere, alcanzando los 150.000 dólares”. Concluye que el suelo podría formarse “en noviembre”, para luego desplegar “un nuevo tramo alcista hasta comienzos de 2026”.
