El mayor accionista del Banco Central Europeo (BCE), el Bundesbank alemán, ha planteado sus condiciones para prestar un nuevo apoyo a los países más endeudados de la zona euro, tras oponerse a esa ayuda en una reunión de urgencia celebrada el mes pasado.

Los responsables de la política monetaria del BCE se comprometieron a comprar más bonos de los países cargados de deuda, como Italia, en una reunión urgente del 15 de junio para contener el aumento del diferencial entre sus costes de endeudamiento y los de Alemania, mientras el banco central se prepara para subir los tipos de interés.

Sin embargo el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, que no estuvo de acuerdo con esa decisión según fuentes de la reunión, advirtió el lunes contra el intento de decidir el diferencial correcto del mercado, ya que eso es "prácticamente imposible" y se corre el riesgo de hacer que los gobiernos sean complacientes.

"Por lo tanto, advertiría contra el uso de instrumentos de política monetaria para limitar las primas de riesgo, ya que es prácticamente imposible establecer con seguridad si un diferencial ampliado está fundamentalmente justificado o no", dijo Nagel en un discurso.

Poco después, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, dijo que es fundamental evitar la fragmentación financiera entre los 19 países de la zona del euro si la entidad quiere subir los tipos de interés y luchar contra la alta inflación, un asunto candente en Alemania.

Fue el primer desacuerdo visible entre Nagel y el BCE de Christine Lagarde desde que el primero asumió el cargo en enero y trató de poner fin a años de conflicto entre ambas instituciones.

El BCE intenta reducir los diferenciales de rendimiento utilizando los ingresos de los bonos que vencen en Alemania y otros países del norte de Europa para comprar más deuda italiana, griega, española y portuguesa. También está trabajando en una nueva herramienta para comprar aún más bonos del sur de Europa con dinero fresco.

Esto dejará probablemente a Alemania por debajo de su cuota de tenencias de bonos del BCE, ya que es poco probable que las compras de bonos periféricos se correspondan con mayores compras de papel básico en el futuro, dijeron las fuentes.

Las condiciones de Alemania

Entre las condiciones del Bundesbank está que esa ayuda sólo debería darse en circunstancias excepcionales y con condiciones muy definidas, probablemente una referencia a que los países muestren prudencia financiera. Nagel añadió que no debería obstaculizar los esfuerzos del BCE por reducir la inflación o disminuir la presión sobre los gobiernos para que apliquen políticas presupuestarias sólidas.

Es probable que el nuevo instrumento para comprar más bonos del sur de Europa venga con condiciones, como que la deuda de un país sea considerada sostenible por el BCE o que cumpla con las normas fiscales y las recomendaciones económicas de la Comisión Europea, según recoge Reuters, que cita fuentes cercanas.

En otra posible concesión a Alemania, el BCE probablemente drenará el efectivo a través de subastas de "absorción de liquidez", en lugar de ventas directas de bonos que harían que los bancos centrales vendedores como el Bundesbank registren pérdidas, dijeron las fuentes.

"La situación es muy compleja", apunta Pablo García, director de Divacons Alphavalue, que recuerda que seguimos viviendo en la Europa de las dos velocidades. El experto recuerda que Alemania está sufriendo el golpe de los cortes de gas por parte de Rusia y una inflación muy elevada, por lo que "en Alemania van a estar más reticentes a ayudar a los países periféricos". Mientras, el BCE sigue, a día de hoy, sin subir tipos. Que no Europa, donde otros países sí han elevado tasas, como Polonia o Hungría. Es en la zona euro donde se mantienen los tipos a cero. 

Mientras, crece la sombra de la recesión, especialmente en Estados Unidos pero también en la eurozona. Pero al otro lado del Atlántico, sí van a tener la opción de volver a bajar tipos, porque ya los están subiendo de forma apreciable, mientras que Lagarde se va a quedar sin ese margen.