Llevan 13 años centrados en la oncología de precisión, pero la pandemia ha puesto de relieve la versatilidad médica de la compañía. ¿En qué servicios y proyectos contra el Covid participan?

Nosotros nos dedicamos principalmente a la oncología de precisión y, dentro de ella, una de las técnicas estándar es la PCR, que es la misma tecnología que se usa en Covid. Por ello, en su día decidimos abrir cuatro líneas de actuación. Por un lado, actualmente estamos comercializando tests rápidos, serología por ELISA y en PCR hemos montado una cadena productiva de más de 180.000 muestras al año de capacidad. En cuanto a las otras tres líneas de actuación, una de ellas es la prestación de servicios a la industria farmacéutica tanto en preclínica como en clínica. En preclínica hemos anunciado un acuerdo para Aplidina, el medicamento de PharmaMar; y la apertura de un ensayo clínico a pacientes de Covid porque varios de nuestros clientes tienen un racional científico-médico con posibilidades de usar sus fármacos en Covid.

Además, hemos montado nuestra propia línea de investigación y desarrollo. En este sentido, Pangaea es muy fuerte en técnicas de biopsia líquida y hemos abierto un ensayo clínico para hacer una validación de ciertas alternaciones genéticas que consideramos muy relevantes a la hora de estimar, en base al perfil genético del paciente, cual va a ser la crudeza de la enfermedad e intentar responder a la gran pregunta de por qué tenemos tantos pacientes asintomáticos y por qué hay un subgrupo de pacientes que genera unas neumonías bilaterales tan fuertes.

¿Cuándo arrancará el estudio clínico de su vacuna de cáncer de pulmón IN01 aplicada al Covid, dónde y con cuantos pacientes?

El estudio que hemos firmado con la compañía de biotecnología inglesa In3BIO BIO es básicamente una prueba de concepto aplicado a unos 40 pacientes y, una vez que veamos la prueba de concepto, extenderemos la core de pacientes para hacer un estudio adicional de seguimiento. Básicamente es un medicamento para cáncer de pulmón y pensamos que existe un racional por detrás para ser utilizado en pacientes de Covid que han pasado por la UCi. En términos de plazos estamos estimando que podríamos tener los primeros resultados para el cliente en unos 12 meses.

De funcionar, ¿cómo actuaría contra el virus?

No se trata de una vacuna para Covid. Es un medicamento que está conceptualizado como una vacuna en cáncer de pulmón y pensamos que puede tratar los síntomas de Covid en aquellos pacientes que han sufrido unas neumonías bilaterales muy fuertes; es básicamente un tratamiento de recuperación post enfermedad.

Este mes de junio han recibido 477.000 euros de la UE por el Proyecto E-BrioBioM. ¿En qué consiste exactamente? 

Dentro de las prestaciones a la industria farmacéuticas, alrededor de un tercio de la cartera de contratos que hay en la industria se basa en el diseño de biomarcadores o alteraciones genéticas que pensamos van a predecir altas respuestas a los fármacos de los clientes con los cuales estamos tratando. Esta plataforma y proyecto que hemos recibido de la UE se basa precisamente en la generación de una tecnología que permite en el área de inmuno-oncología (en la que se está invirtiendo mucho desde hace unos 5 años) generar una plataforma que nos dará diferentes ideas de los  biomarcadores que podemos proponer a la industria farmacéutica en fármacos que se están desarrollando en el área de inmuno-oncología. Con ello, en el futuro queremos que nos impacte de manera positiva la posibilidad de generar una plataforma de prestación de servicios en preclínica a compañías de oncología que tienen fármacos aplicados a inmuno-oncología.

En 2019 incrementaron su facturación, pero sin abandonar los números rojos. ¿Mantienen las previsiones de entrar en beneficio neto positivo en 2020?

Estamos muy positivos para este 2020 por dos razones: primero por el fuerte incremento en contratación que hemos tenido en la primera mitad del año, donde para nosotros ha sido semestre récord desde que montamos la compañía; y, segundo, porque en 2019 decidimos deteriorar una serie de activos en la parte del negocio de desarrollo de fármacos para tener menos amortizaciones futuras (nuestro licenciatario CRT decidió continuar invirtiendo en él pero nosotros nos salimos, aunque ese programa sigue vivo y tenemos un 46% de rédito de ese activo). Además, estamos especialmente optimistas no solo por el impacto positivo que estamos teniendo en todas las líneas de actuación que llevamos alrededor del Covid, sino también porque en nuestro negocio core (que es la oncología) hemos generado ya y anunciado más dos millones de euros en contratos en la primera mitad de año. Por todo ello, mantenemos nuestra guidance de meternos en beneficio neto positivo en 2020.

¿Cuáles son las previsiones para 2021? ¿Prevén diversificaciones en el negocio core de la compañía?

Nos gustaría mantenernos muy focalizados en el área de oncología y de diagnóstico molecular, ya sea en cáncer o en otras áreas terapéuticas. No obstante, el surgimiento del Covid nos ha hecho plantear que, debido a nuestro track record en cáncer de pulmón, existen ciertas áreas en el ámbito de neumología donde nos gustaría invertir, como concepto la salud del pulmón. En definitiva, en la parte de diagnóstico molecular vamos a seguir focalizados en oncologia y Covid en los próximos años, y en la parte asistencial (que representa el 50% de los ingresos de la compañía) sí que nos gustaría ampliar un poco las áreas terapéuticas en las que nos movemos y quizá neumología pueda ser un comienzo interesante.