- Fondos de impacto, fondos ASG… ¿En qué debe fijarse un inversor minorista a la hora de invertir en un fondo de estas dos categorías?

Para un inversor minorista es un poco complicado el hecho de diferenciar aquellos fondos que lo hacen bien, de aquellos fondos que si que bueno pueden tener una intención pero no realizan todo el proceso de la mejor forma, con lo cual tendrán que confiar en su asesor o en su entidad financiera para que haya hecho ese trabajo previo. Desde nuestro punto de vista, por un lado, en los fondos de inversión ASG, aquellos que en la nueva normativa SFDR están calificados como artículo 7, es muy importante comprender perfectamente el proceso de inversión, comprender en qué parte del proceso se integran esos criterios ASG, la importancia que le da el gestor a la hora de tomar decisiones con todos esos criterios y luego también como se reporta en sus fichas. Normalmente siempre hay un responsable de ASG en las gestoras internacionales con el que también es positivo hablar para ver qué hacen en las juntas de accionistas, para ver si la integración la hacen a nivel de gestora o sólo el equipo del fondo. Por tanto, hay una serie de cuestiones a las que un inversor minorista es difícil que pueda llegar a acceder. En los fondos de impacto, que la regulación SFDR es un poco más clara con ellos, lo importante es la intencionalidad, como la capacidad de medir esos impactos. En el fondo de impacto prevalece en igualdad de condiciones, o casi más, el impacto que van a tener las inversiones que el rendimiento financiero. También es importante el reporte que se haga en las fichas de manera mensual y en el informe de impacto en el que podemos ver exactamente para qué ha servido la inversión.  

- La industria está acelerando la conversión hacia los criterios ASG de una manera bastante rápida y la mayoría de gestoras ya ofrecen este tipo de fondos. ¿Qué retos cree que tienen por delante las gestoras en este sentido?

Creo que tienen dos retos fundamentales: estimular la demanda, que es algo que vamos viendo poco a poco, pero realmente todo este ‘boom’ de las estrategias sostenibles ha llegado más desde el lado de la oferta, desde las propias gestoras. Creo que el gran reto es seguir estimulando la demanda, a cierre de agosto teníamos un 35% de los activos bajo gestión en fondos de inversión traspasables en estrategias ASG, con lo cual aún un potencial bastante elevado en este sentido. Hay que desterrar los mitos que sigue habiendo respecto a la inversión ASG, ya que el inversor minorista sigue teniendo esa percepción de que a lo mejor alinear su cartera a los criterios de sostenibilidad con sus inversiones implica un detrimento de su rentabilidad. Creo que hay una labor didáctica que es un reto muy importante que hay que hacer desde el lado de las gestoras y los analistas. Y el segundo gran reto es ver que se produce un gran cambio en las empresas, que la filosofía ASG tienen un impacto real en el mundo y que realmente podemos cambiar cosas empujando a las empresas a cumplir estos criterios y ser más responsable con sus trabajadores, sus clientes, sus proveedores y con las sociedades en las que operan y el medio ambiente. Es importante ver que se pueden cumplir los acuerdos que se han firmado en las Cumbres del Clima y contener en 2ºC el calentamiento desde niveles preindustriales.

- ¿Cree que las empresas que mejores rating ASG tienen lo hacen mejor en contextos de mercado concretos? Es decir como si fuera otro estilo de empresas como las de calidad, las de crecimiento, la de valor…

Creo que aún no es un estilo distinto, pero sí creo que tienen unos sesgos muy particulares hacia la calidad y el crecimiento. En los últimos años lo han estado haciendo bien porque hemos tenido unos mercados muy propicios para este tipo de sesgos e incluso podría añadir que las empresas que mejor ratings ASG tienen también presentan una baja volatilidad respecto a la puede tener el mercado a nivel general. No diría que hay escenarios de mercados más favorables a las empresas que mejor ASG presentan, creo que no hemos llegado a ese punto. El hecho de que siga habiendo también criterios financieros, criterios de análisis tradicional que están integrados en la inversión ASG lleva a que ese comportamiento te impacte de una manera o de otra. Que una compañía tenga integrado en su ADN los criterios ASG implica que sea muy estricta en su alocación de capital, muy responsable a la hora de endeudarse e invertir… Son compañías muy estrictas con sus balances y eso hace que sean empresas de calidad y crecimiento porque son empresas que operan en sectores que van a tener mayor demanda por la transición climática.

- ¿Teme que la inversión pasiva ASG pueda generar burbujas en compañías concretas? 

En este punto creo que hay que tener en cuenta un tema y es que la inversión pasiva lleva un componente subjetivo. Muchas veces pensamos que la gestión pasiva es completamente objetiva y la gestión activa comporta una toma de decisiones. Pero la gestión pasiva presenta una gran toma de decisiones que es el índice al que vamos a seguir y por ejemplo si vemos MSCI, pero MSCI cuenta, por ejemplo, cuenta con cuatro índices que integran criterios ambientales, sociales y de gobierno: tenemos el MSCI ESG, el MSCI ESG Leaders, el MSCI SRI y el MSCI Universal, es decir, tenemos cuatro índices de la firma firma que integran los criterios ASG de formas distintas. Creo que los activos bajo gestión que tienen a día de hoy las estrategias sostenibles no son tan tremendamente amplios como para crear una burbuja por haber recibido mucho capital y no haber cumplido con las expectativas. Creo que hay mucho potencial por delante y las compañías siguen cumpliendo con las expectativas.

- Para los inversores que nos estén viendo y aún tengan prejuicios con la inversión bajo criterios ASG… Los flujos en este tipo de fondos están creciendo, ¿qué nos puede decir de las rentabilidad en los últimos años?

Las rentabilidades han sido bastantes positivas, aunque es verdad que 2020 fue muy propicio por toda la situación, ya no tanto financiera sino sanitaria. Sin embargo, yo me baso en hechos, en Tressis llevamos gestionando estrategias sostenibles desde el año 2014, por lo que creo que tenemos un horizonte temporal como para poder sacar conclusiones y la realidad es que desde 2014 hasta hoy en estrategias con la misma distribución de activos, unas que integran criterios sostenibles de forma expresa y otras que no lo hacen, las primeras han conseguido una mayor rentabilidad y con menor volatilidad. Con lo cual poco a poco vamos desterrando esos mitos, somos conscientes que ha habido momentos de mercado más propicios para estos sesgos, pero la realidad es que invertir en este tipo de compañías es muy positivo o al menos igual de positivo que invertir en empresas más generalistas, o no tener en cuenta las exclusiones o los criterios ASG en nuestras inversiones.