Conocíamos el dato el lunes: el gasto en pensiones se ha incrementado un 5% con respecto al año pasado. ¿Cuál es la previsión de la viabilidad del sistema actual de pensiones español?

 Cuando hablamos de viabilidad habría que distinguir dos preguntas. A la de si vamos a tener pensión pública el día de mañana, la respuesta es sí, esto nadie lo pone en duda. La pregunta importante es qué tasa de sustitución vamos a tener. Actualmente la tasa de sustitución en España es del 82%, esto supone que el día que nos jubilemos tendremos el 82% del último salario neto que hayamos tenido en activo.  Esto es lo que más se pone en duda. La pirámide poblacional en Europa se está invirtiendo, actualmente el 17% de los ciudadanos son mayores de 64 años y si las tendencias demográficas siguen como hasta ahora, en 2050 será un 37% de la población la que tendrá más de 64 años y es evidente que el impacto en la tasa de sustitución va a ser muy amplio. Por eso hay que pensar en ahorrar a largo plazo y cómo compensar a pérdida de poder adquisitivo que viene derivada de la pérdida de la tasa de sustitución.

Aunque hay que complementar la jubilación, por los factores comentarios, los planes de pensiones crecen muy poco a poco en España. De hecho, según datos de INVERCO solo 1 de cada 6 españoles tiene un plan de pensiones y el número de personas con estos productos está estancado desde 2013 en 8 millones de personas. ¿Por qué no terminan de cuajar en España?

Una razón importante es la que acabamos de comentar. La tasa de sustitución compara con una tasa en los países de la OCDE del 55% por lo que no vemos la relevancia que eso tendrá en el futuro. Cuando comparamos el patrimonio en planes de pensiones en los países de la OCDE con el PIB eso representa el 85% comparado con el 10% de España. La brecha es enormemente amplia. Por otra parte, en la última encuesta del CIS los ciudadanos declaraban como segunda preocupación máxima la sostenibilidad del sistema de pensiones pero, a pesar de eso, solo 1 de cada 6 contrata planes de pensiones. En este punto, hay un hueco para la educación financiera donde las instituciones tienen una carta importante que jugar.

Cuando tiramos de datos de la Agencia Tributaria lo cierto es que más de 2,8 millones de declaraciones, el 14% del total, redujeron su base imponible por declarar un plan de pensiones. Se puede llegar a pensar que la población utiliza las aportaciones como vehículo para pagar menos a Hacienda que como vehículo de ahorro….

Hay que decir que la ventaja fiscal de los planes de pensiones es enormemente atractiva. Las aportaciones hasta 8.000 euros se descuentan de la base imponible del IRPF y es una ventaja muy atractiva. Pero además, el plan de pensiones está concebido como un complemento para la jubilación y por eso tiene una serie de elementos que los hace muy atractivos: la forma de aportar, que puede ser periódica o puntual, son productos pensados para el largo plazo, eso significa que la capacidad de revalorizar ese dinero es muy amplia. La diversidad de planes de pensiones es muy amplia de forma que cualquier perfil de riesgo encuentra el producto para él. Hay que decir que cuando alguien decide aportar a un plan de pensiones suele ser muy conservador y eso suele ser un error porque caundo nos queda mucho tiempo para jubilarnos deberíamos tener un peso notable hacia renta variable para irlo reduciendo y darle más peso a la renta fija según avanzamos en edad. Esto es lo que conseguimos con los planes dinámicos en ING.

Cuando hablamos de sistemas individuales lo cierto es que ganan la batalla al corporativo. En España el reto es que las compañías aporten a los planes de pensiones de los empleados. ¿Cree que hacen falta incentivos para fomentar este sistema de aportación corporativo?¿Cuáles son las ventajas?

 Es cierto que cuando comparamos España con países nórdicos el sistema es muy distinto. Allí hay un sistema mixto de planes de empleo pero también es verdad que el tejido empresarial es muy diferente y se conforma de forma muy diferente al de los países europeos. Aquí abunda mucho la pyme, de hecho es el 90% del tejido empresarial, y crear espacios para que estas compañías puedan  fomentar los planes de pensiones de empleo sería más que satisfactorio. No obstante, eso no significa que no tengamos todo lo necesario para preparar nuestro sistema de jubilación e independientemente del sistema que se elija, actualmente tenemos instrumentos y capacidad para planificar nuestro futuro.

La OCDE también ha instado al Gobierno Español a que fomente el ahorro a través de planes de pensiones, ¿cómo puede afectar esto a la industria?

Habrá que ver cómo se materializa ese requerimiento. Desde luego cualquier medida encaminada a fomentar el ahorro para la jubilación sería bienvenida por la industria y los ciudadanos. No obstante, insisto, lo importante es preparase desde ya para el largo plazo.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas que tienen estos productos frente a otros vehículos de ahorro?

El sistema financiero español ha dotado al ahorro de una diversidad de instrumentos enorme y cada uno con sus ventajas. Depende mucho del tipo de producto que quiera contratar el partícipe. Cuando hablamos de planes de pensiones las ventajas son muy claras: fiscalidad,  flexibilidad en términos de aportación y además, los planes de pensiones parece que están reservados para unos pocos pero cualquier persona puede, con pequeñas aportaciones, construir un gran colchón. El 17% de los partícipes tiene menos de 40 años cuando deberían ser los que más aportaran y los más preocupados.

En cuanto a la oferta de productos, ¿estamos a la par que otros países europeos?

La industria financiera española, y en concreto aquella enfocada a la previsión del ahorro, es una industria muy competitiva, en términos de producto, diversidad y ventajas fiscales con lo que estamos más que preparados para afrontar ese reto.