De izda a derecha: Miguel Ángel Paz (Unicorp Patrimonio), Borja González (M&G), Leonardo López (ODDO BHF), Inés del Molino (Schroders) y Silvia Morcillo (Estrategias de inversión)

El primer semestre del año no ha sido tranquilo. Los temas son los de siempre: Trump, Brexit, Guerra comercial y de nuevo son los bancos centrales los que tienen la llave para hacer que continúe o no el rally de los mercados. Mercados que, por cierto, siguen marcando máximo tras máximo en EEUU. Más sabiendo que ahí estará Powell para reducir los tipos de interés en esta reunión del mes de julio

Cuando se habla “focos de incertidumbre” es el dedo en Twitter de Trump y su mano con la guerra comercial lo que más preocupa. De hecho, Miguel Ángel Paz, director del departamento de inversiones de Unicorp Patrimonios cree que “cuando los datos macros fueron bien, pensaron que no era necesario llegar a acuerdo alguno pero cuando en mayo vieron que los mercados corregían, han vuelto a las reuniones. La dudas que tenemos es si cuando llegue el acuerdo, que llegará, es tarde para evitar que el deterioro económico se convierta en recesión”.

Un escenario que a día de hoy se mantiene en el horizonte y que tiene en la FED su gran baza. El mercado descuenta que en esta reunión del mes de julio (que se celebrará el 30-31 de julio) Powell baje un cuarto de punto los tipos de interés y hay quien apunta a cuatro bajadas para 2020. De hecho, si algo ha demostrado la FED es que “tiene asegurado el soporte del crecimiento económico aunque éste empieza a ser más incierto”, asegura Inés del Molino, directora de cuentas para España y Portugal de Schroders. Una casa que ha rebajado en casi medio punto las previsiones de crecimiento de las compañías entre 2019-2020.

La pregunta de todo inversor conservador es cómo afectará a su cartera y cómo se puede aprovechar de este nuevo escenario de caídas en el precio del dinero. Desde Schroders creen que hay segmentos dentro de la renta fija que ofrece rentabilidades atractivas “más en crédito que en gubernamental, aunque este se pueda utilizar para el carry”. Borja González,  Sales Manager de M&G reconoce que el problema que tiene la deuda americana ahora mismo para un inversor en euros “es el 3% que tiene la divisa de cobertura”. Si el bono americano renta un 2% y se le quita el 3% de cobertura, el retorno sería del -1% “con lo que sale mejor comprar el bono alemán al -0,24%”, asegura González que reconoce que una opción son “los vencimientos largos quedándonos con crédito: cubro la duración o, me compro un bono de Microsoft 2040-2050 y vendo un bono de gobierno para cubrir la divisa lo que me permite quedarme con el diferencial de crédito”.

Se cumplen cinco años de los tipos al 0%. La liquidez no es una opción

Como inversores en euros, crédito y high yield son opciones que, a juicio de Leonardo López, Country Head – Iberia y Latam de ODDO BHF, permiten llevarse un carry que nos pague algo. “Habrá volatilidad, movimientos de tipos y solemos favorecer crédito pero con poca duración para tener menor volatilidad o estrategias a vencimiento en las que compras una cartera de bonos con una duración algo más larga, te da un cupón atractivo y, aunque tengas algo de volatilidad, la TIR esperada es superior”.

Sin embargo, es clave  - ahora que se cumplen cinco años de los tipos de interés al 0% en Europa – que el inversor entienda qué supone la represión financiera generada por los  bancos centrales y que quizás, dar el paso de depósitos a renta variable no es la mejor decisión. Entre medias, el experto de Unicorp Patrimonios habla de un fondo cerrado como una de las alternativas que permitirá al inversor saber qué vencimiento tendrá, si lo mantiene a vencimiento tendrá una TIR anual del 3-4% con un cupón que irá generando un retorno del 20% en el bolsillo a vencimiento. “Esto te cubrirá de posibles vaivenes del mercado y tendría que impagar el 20% de la cartera para que el fondo pierda dinero. En ocasiones se da la paradoja de que lo que el inversor considera conservador para nosotros es arriesgado y lo que se concibe como arriesgado, bien diversificado es conservador”.

Dando un paso más en la escala de riesgo, la opinión generalizada es que los bancos centrales seguirán siendo sostén de la renta variable. “Habrá movimientos en los mercados. Vaivenes que necesitamos para  gestionar, para demostrar que la gestión activa tiene su valor y que nos permite comprar activos de forma más barata”, aseguran desde Schroders. De hecho, el experto de M&G advierte de que el problema que existe actualmente en deuda es que, quitando la renta fija emergente, en términos reales (quitada la inflación) estás condenado a perder dinero sí o sí y “donde puedes ganar dinero a medio y largo plazo es en renta variable”.  

Aunque haya movimientos bruscos en los índices, los beneficios de las compañías siguen subiendo aunque las cotizaciones no lo han hecho al mismo ritmo con lo que “en un entorno en el que no vemos recesión, creemos que cualquier repunte de volatilidad es para aprovechar a comprar”, asegura González.  Una volatilidad que poco tiene que ver con la que tuvieron el año pasado los mercados, cuando los inversores estaban comprados con los  beneficios de las compañías en máximos históricos. Tras la corrección del mes de diciembre de 2018, todos los particulares salieron y siguen fuera del mercado lo que aleja las posibilidades de “pánico vendedor” sobre los índices.  De hecho, “a nada que vuelvan los 180-190.000 millones que han salido de los mercados, será un soporte para las bolsas europeas”, asegura el experto de ODDO BHF.

Dentro de los mercados, los emergentes vuelven a ser centro de atención. Nadie duda de que el crecimiento del futuro vendrá de los emergentes. Y aquí, el abanico es amplio, siempre pensando en el largo plazo: “deuda emergente hay que tener porque es un paso previo al que no quiera comprar renta variable de la región, paga cupones del 6-7% en divisa local y hay fondos de high yield asiáticos que incluso alcanzan el 12-13% lo que dará margen para la posible volatilidad que pueda haber a futuro”, reconoce Paz. Desde Schroders tienen claro que hay que estar en la región siendo conscientes de que el riesgo que tiene es el dólar “que penaliza  tanto a los emergentes que muchas veces hacen que la asfixien”. Los expertos tienen claro que invertir en un fondo que tenga un equipo con experiencia en la región, que combine divisas, que tenga distintos tipos de deuda debe ser algo fundamental de las carteras.

Y además, si la FED baja tipos, la renta fija emergente actuará como cobertura de la cartera. “Una región en la que hay mucho que ganar: sus compañías están bien, su endeudamiento es tanto en dólar como en divisa local y hay pocos activos done se puedan obtener rentabilidades reales positivas”, aseguran en M&G.

Fondos temáticos o de tendencias, claves en las carteras

Otra de las alternativas a la hora de invertir en renta variable es a través de fondos temáticos o que siguen tendencias que van a cambiar el mundo tal y como hoy lo conocemos. Dentro de esta última entran en juego los fondos climáticos. “Vamos un poco tarde, el Acuerdo de París dice que en 2030 la temperatura  global no debería subir más de 2 grados e y creemos que ya vamos por los 3,5 grados de recalentamiento. Para no pasarnos, nuestros estudios dicen que hay que meter 2 trillones al año durante una década para que cada uno de nosotros deje de emitir tanto CO2 (4.5 toneladas métricas) al medio ambiente cada día y llegar a 2030 con lo que emite un pakistaní (0,9 toneladas métricas)”, asegura Del Molino. Este cambio no es una temática, “es un problema y para  atajarlo hay que meterle mucho dinero”.

Un cambio que será tan brutal que genera una oportunidad de inversión. No sólo el cambio climático: el envejecimiento de la población, la sostenibilidad o la tecnología son grandes tendencias a las que se enfrenta la sociedad y los inversores. Y la oportunidad surge por la necesidad: los que nacieron en 1947 tienen una esperanza de vida de 83 años, los que nacieron en 2017 tendrán una esperanza de vida de 103 años, es decir, cada diez años sube en dos la esperanza de vida. “Vamos a vivir más y esto hace necesario que se invierta en mejora de infraestructuras, sector salud, conectividad…”, asegura Borja González.

En este punto serán claves temas que a día de hoy son disruptivos pero que en el futuro cobrarán un mayor protagonismo. La robótica o la IA serán claves en el desarrollo de temas como el cambio climático, el envejecimiento de la población o procesos industriales. Un desarrollo “que nos permite avanzar más rápido y en los cuáles los inversores pueden participar a través e gestoras que tengan la capacidad se analizar qué compañías están desarrollando nuevas tecnologías disruptivas”, afirma la experta de Schroders.

Una tendencia en la que también entra en juego la sostenibilidad. Un criterio de selección de compañías que, más que conferirlas una mayor rentabilidad, ayuda a evitar los posibles riesgos que puedan tener, sociales, de gobierno corporativo y ambientales. Porque, para muchos, las últimas crisis han venido derivadas por un fallo en el  gobierno corporativos y es necesario monitorizar a las compañías para que esto no vuelva a suceder.

Han participado:

M&G ODDO BHF