¿Cuáles son los principales cambios que se han producido desde el anterior observatorio al actual?
Respecto al informe de hace dos años respecto al conocimiento que tienen los partícipes respecto a los fondos; en concreto en lo que se refiere al diferimiento fiscal y al mecanismo de traspasos. Y luego también una evolución significativa en cuanto al perfil del inversor. Hay un traspaso de los perfiles más conservadores a los más moderados debido a los movimientos de los mercados donde la estabilización y la bajada de los tipos de interés han hecho que los inversores conservadores más proclives a la renta fija  y a los garantizados hayan experimentado una migración hacia productos más mixtos o con algún componente de renta variable.


Una de las curiosidades de este estudio es que son los inversores más conservadores los que menos diversificada tienen su cartera, ¿por qué?

La explicación puede ser que en la medida en la que lo que están buscando  son rentabilidades razonables, pero con aversión total al riesgo quizá acumulan en un solo producto esa canalización de su ahorro frente a los inversores dinámicos que buscan más rentabilidad –e incluso están dispuestos a tener pérdidas a corto plazo-. También va asociado al volumen de inversión; los clientes conservadores tienen menos volumen de inversión en fondos y la necesidad de diversificar es mayor en los dinámicos.

El patrimonio medio de los partícipes españoles es de 28.000 euros ¿Cree que esta cantidad tenderá a aumentar?
Lo que vemos es que el volumen medio acumulado no ha variado significativamente en los últimos años porque es cierto que aumentan el patrimonio, pero también el número de partícipes. En los últimos dos años han aumentado dos millones de partícipes y ojalá haya muchos más, aunque el volumen medio no aumente. Que los clientes prefieran los fondos de inversión frente a otros productos es una buena noticia.

En los dos últimos años hemos visto un aumento de dos millones, hasta 7,5 millones en el número de partícipes. ¿Cree que puede continuar esta tendencia?
Los ritmos de crecimiento en términos porcentuales cuando se aumenta la base es más complicado. Creo que tenemos un margen teniendo en cuenta los tipos de interés en los próximos años. Eso da margen para que los clientes que canalizan sus ahorro a través de otros productos lo hagan a través de fondo.

Si las cosas se hacen bien (como se están haciendo) es probable que esta base de clientes siga aumentando en el futuro, aunque no a los ritmos tan elevados.

Pese a la mejora experimentada en los últimos años, el conocimiento de los partícipes sobre este producto sigue siendo deficiente. ¿Qué es lo que debería hacer la industria para mejorarlo?
Creo que la primera recomendación nos la tenemos que hacer a las entidades que gestionan los activos, a las que las comercializan y a los propios ahorradoras es que hay que seguir insistiendo en que el documento que se entrega antes de la compra del producto se lea y se entienda. Esa es la base para que la venta del producto sea la adecuada porque la ventaja del fondo de inversión es que hay un montón de opciones, pero lo importante es asimilar ese perfil de riesgo del fondo y asimilarlo con el del inversor.

Lo importante es que se mejora en la comprensión del producto y es un reto que tenemos todos. Los clientes también deberían prestar más atención y leer con más detalle el documento que se les entrega.

¿Cuáles son los principales retos del sector de fondos de inversión en España?
Hay muchos retos, sin duda. Respecto del conocimiento, solo la mitad de los inversores sabe que en caso de quiebra de la entidad, sus ahorros están a salvo.

Un 40% desconoce que es un producto que está supervisado por un organismo público, la CNMV.

Todavía 1 de cada 4 desconoce las características de traspaso o fiscales. Hay puntos de mejora, las cosas se están haciendo razonablemente bien y es importante que se sigan haciendo bien para que los partícipes conozcan las características del producto porque eso  va a redundar en una mejora de los procesos de venta y desde luego de credibilidad de las entidades comercializadoras.

Vemos que los clientes españoles de fondos de inversión están poco enganchados a las tecnologías. ¿Es esto un salvoconducto de la industria al reto de las fintech?
Si, en la industria financiera en general y la de gestión de activos en general está haciendo una apuesta por la digitalización. Es importante que todos los procesos sean cada vez más digitales y esto va a mejorar muchos los procesos: aplicaciones en nuestros móviles, contratación a través de las páginas webs. Hay que cambiar los hábitos de los ahorradores y eso cuesta tiempo. Todo esto es un proceso que ya empezado y las cifras se van a ir incrementando en los próximos años.

Son procesos que van a ir evolucionando y afectar más la gente de clientes jóvenes que a los de mayor edad.