Con un 2023 casi cerrado ¿qué previsiones tenéis para 2024? A nivel general (macro, geopolítica...)
 
La verdad es que 2023 es un año que nos ha sorprendido a estrategas, inversores, analistas… porque tras la mayor y más rápida subida de tipos de interés de la historia o de los últimos años, preveíamos que iba a haber una erosión en la actividad económica y un entorno también de mercados financieros más complicado y más discreto. Sin embargo, a pocas sesiones de cerrar 2023, yo creo que vamos a poder hablar de un año positivo en general en todas las geografías, en todos los mercados y activos financieros. Para 2024, desde Ibercaja Banca Privada entramos con un posicionamiento cauteloso en las carteras de inversión; prevemos a nivel macroeconómico que estemos en un entorno más complicado. Estimamos también una recesión puntual o desaceleración fuerte en las principales economías -refiriéndonos a Estados Unidos y la Eurozona- en momentos puntuales del año, ya que efectivamente el impacto negativo de los tipos de interés elevados va con un efecto decalaje y va a acabar afectando a las dinámicas de consumo y de inversión de las empresas. De ahí que entremos en este 2024 con este posicionamiento más prudente y más cauto. A nivel geopolítico y por desgracia, tenemos encima de la mesa todavía los conflictos entre Rusia y Ucrania, los conflictos en Oriente Próximo y obviamente las tensiones entre Estados Unidos y China. Eso será otro factor a monitorizar. Y obviamente no tenemos que olvidar que 2024 será un año que es sinónimo de elecciones. Vamos a tener elecciones en 40 países, entre ellos en 4 de los 5 países con mayor población a nivel mundial y que suponen el 40% de la población y del PIB mundial. Por lo tanto, yo creo que es un factor que vamos a tener que monitorizar a nivel geopolítico. Sí que es verdad que la historia nos dice que esos efectos son pasajeros, pero obviamente generarán ruido, incertidumbres e inestabilidad que tendremos que monitorizar y aprovechar.

El mercado da por finalizada la subida de tipos de interés por parte de los Bancos Centrales pero ¿veremos bajadas de tipos en 2024? ¿Qué implicaciones tendrá esto sobre el mercado de bonos?

Tras las últimas reuniones de los bancos centrales de hace unos días, el mercado está descontando 150 puntos básicos de bajada de tipos para la Reserva Federal y 125 puntos básicos de bajada de tipos también para el Banco Centro Europeo (BCE). Sinceramente desde nuestro punto de vista el mercado está muy complaciente y sobrerreaccionando a los movimientos de recortes de tipos esperados por los bancos centrales. No veríamos esos recortes de tipos tan sumamente agresivos y a esa velocidad prevista salvo que tuviéramos encima de la mesa un escenario de fuerte recesión o una erosión muy fuerte de la economía, que ahora mismo no es nuestro escenario central. Por lo tanto, desde Ibercaja Banca Privada sí que pensamos que efectivamente los bancos centrales van a llevar a cabo recortes de tipos en 2024, pero lo harán de forma reactiva y no proactiva. A medida que vayan viendo que el entorno de tipos elevados va afectando las dinámicas de crecimiento económico y que las dinámicas de precios (las inflaciones) se mantienen moderadas de forma consistente, sólida y sostenida, eso sí que les va a permitir llevar a cabo bajadas de tipos en 2024. Creo que será interesante ver cómo prioriza cada uno su mandato, porque aquí tenemos que tener en cuenta y no debemos olvidar que la Reserva Federal tiene como foco en su mandato el crecimiento económico con prioridad sobre la estabilidad de precios y sin embargo el foco del mandato del BCE es garantizar la estabilidad de precios. Así que será interesante ver en 2024 cómo acompasan esos recortes de tipos con esas prioridades de sus mandatos. Y pensando en los impactos de estos recortes de tipos en el mercado de bonos, creo que hay que centrarnos en dos impactos fundamentalmente: El primero de ellos es que si tenemos un cambio de sesgo en la política monetaria y vamos a una política monetaria bajista o acomodaticia en tipos de interés, será positivo para el mercado de bonos. TIRes o rentabilidades a la baja implican precios al alza y eso también apoya nuestra tesis de que habrá que ir aprovechando los momentos que nos dé el mercado para alargar duraciones en este contexto. Y el segundo impacto que yo creo que también será importante en las curvas de deudas soberana es que tendríamos que ver más pendiente. Es decir, que los tipos a largo plazo se deberían mantener o como mucho ir a los niveles que vimos a finales de octubre o principios de noviembre, pero los tipos a corto plazo sí que deberían recoger esa estimación de recorte de bajada de tipos de interés llevada a cabo por los bancos centrales. Las curvas deberían ganar pendiente.

¿Qué estrategia creen que es clave sobre la renta fija?

En este entorno que estamos describiendo de mayor erosión de la actividad económica para 2024 la clave en todos los tipos de activos financieros y también en renta fija es la diversificación, la disciplina en el análisis de compañías y emisores, y también una gestión dinámica y flexible. Eso es clave de forma transversal para todos los activos. Sí que es verdad que en renta fija estamos viendo atractivo y que aporta valor en las carteras, cosa que no veíamos en la última década, pero también es cierto que hay que adecuar y alinear cada segmento de renta fija al perfil de cada cliente. Es decir, no todos los activos de renta fija son aptos o sirven para todos los perfiles de los clientes. Aquí nuestra preferencia desde Ibercaja Banca Privada es centrarnos en deuda soberana de calidad y crédito corporativo (renta fija privada) de elevada calidad también (investment grade). Lo que estamos haciendo en este segmento es alargar duraciones progresivamente en las ventanas de mercado que nos ofrezcan oportunidad. Y en el otro segmento de renta fija, que sería el de renta fija privada de peor calidad crediticia (high yield), nos centraríamos en los mejores ratings, en BB y en BB+, porque pensamos que este segmento puede verse más afectado en un entorno de mayor ralentización económica. Por lo tanto, ahí estaríamos más neutrales y estaríamos más sobreponderados en deuda soberana y en crédito de elevada calidad crediticia.

¿Qué porcentaje de la cartera tenéis en renta variable y cuáles son las previsiones?

En renta variable en estos momentos mantenemos un posicionamiento neutral o ligeramente infraponderado con lo que se refiere a nuestras medias históricas de exposición en nuestras carteras de inversión. Por dar un dato numérico, nosotros estamos ahora mismo invertidos al 70% del porcentaje máximo que podríamos tener en renta variable en las carteras y esto es fruto precisamente de ese escenario macroeconómico que estamos describiendo de mayor erosión o de mayor ralentización económica esperada a lo largo del año que viene. En lo que se refiere a las estimaciones de crecimiento de beneficios para 2024, el consenso de mercado espera un crecimiento de beneficios a nivel global en el entorno del 10% aproximadamente y eso desde nuestro punto de vista pensamos que es un tanto complaciente o quizás un tanto optimista en una situación en la que sí que estamos viendo que las compañías se van a ver con un menor poder de fijación de precios, ante un entorno de demanda o de consumo menos boyante que lo que hemos visto en los últimos meses. Debido a ello, nuestro posicionamiento en renta variable o nuestra principal convicción es centrarnos en sectores y compañías de calidad. Y qué entendemos por calidad: aquellos sectores o aquellas compañías que tienen crecimiento en ingresos y en beneficios; aquellas compañías que tienen ventajas competitivas sólidas y que les hacen ser líderes en su segmento y en su nicho de mercado; esas ventajas competitivas les darán barreras de entrada, con lo cual la competencia también será más difícil; compañías de calidad que tengan equipos directivos sólidos y solventes; y lo principal en este contexto de tipos de interés más elevados es la disciplina de balance: un balance sólido con poco endeudamiento, con poco apalancamiento. Esa es nuestra principal convicción y nuestra principal recomendación en la parte de renta variable.

Hay quien nos ha dicho que estamos en un mejor momento para ser bonista antes que accionista. ¿Cuál es vuestra opinión?

Es una afirmación un tanto genérica y siendo ortodoxos, yo creo que lo que siempre hay que hacer en cualquier activo financiero es analizar el binomio de rentabilidad / riesgo y ahí en función de ese análisis decidir si es mejor invertir en la parte de la deuda o bien invertir en la parte del capital. Pero dicho esto y hecha esta matización, sí que podríamos estar de acuerdo en términos generales con que es más atractivo en estos momentos ser bonista que ser accionista, simplemente porque estamos viendo una oportunidad única en el segmento de renta fija, una oportunidad histórica que no veíamos en los últimos 10 años. Y haciendo un análisis también muy sencillo de valoración relativa entre renta fija y renta variable también nos sale que la renta fija ahora mismo nos ofrece más valor relativo que la renta variable y por eso pues sí que podríamos estar de acuerdo con esa afirmación. 

¿Qué activos reducirán la volatilidad de la cartera?

Si hablamos de activos que pueden reducir la volatilidad de la cartera, vienen a la cabeza los activos tradicionales que pueden descorrelacionar o que pueden servir de mitigación en momentos de inestabilidad en las carteras. Esos activos pues son generalmente la deuda soberana de calidad y la divisa dólar, que es tradicionalmente un activo refugio y que a lo largo inclusive de este año 2023 hemos visto como ha cumplido su papel de activo diversificador y descorrelacionador. Pero mirando más allá quizá de activos que reduzcan la volatilidad, yo me centraría en recomendaciones que nos permitan reducir la volatilidad de las carteras. Para mí la primera recomendación sería la diversificación: una adecuada diversificación entre sectores, entre geografías, entre activos, entre estrategias, estilos de inversión. Es decir, diversificación en sentido amplio. Y en segundo lugar es muy importante la gestión activa: seleccionar gestores activos, dinámicos y flexibles para que aprovechen las diferentes ventanas de oportunidad que ofrezca el mercado. En resumen me centraría en estas dos recomendaciones, diversificación y gestión activa de cara a tener las carteras situadas para reducir la volatilidad.

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