El “gran tablero mundial” se reconfigura y los riesgos de estanflación se intensifican

La guerra entre Rusia y Ucrania removerá los cimientos del orden mundial (o el “gran tablero  mundial” 1 ), tanto en el plano económico como geopolítico. A corto plazo, la crisis comercial y  financiera provocada por el conflicto y las sanciones derivadas de este están agravando las presiones  inflacionistas en todo el mundo.  

El golpe que asestará al crecimiento y a la confianza en general probablemente sea significativo, pero  su magnitud y su duración son inciertas. Europa es la región más expuesta, ya que es muy probable  que, al menos, se produzca una recesión moderada. Aunque EE.UU. está relativamente aislado por  ahora, tampoco es inmune, especialmente frente a los efectos inflacionistas de la guerra.  

Las interdependencias en materia de energía y recursos están evolucionando hacia lo que  seguramente será un ajuste mundial plurianual que tendrá implicaciones en múltiples clases de  activos.  

Desde la gestora preveen qué tres temáticas dominarán este trimestre:

1. Los plazos de la guerra de Ucrania afectarán a los resultados económicos

La guerra en Ucrania ya ha causado un daño económico considerable y continuará dando forma a las  perspectivas a corto plazo de la economía mundial, sobre todo en Europa. Las evoluciones de este  trimestre estarán en gran medida influenciadas por los plazos para la resolución del conflicto y la  relajación de las alteraciones del comercio.  

Entretanto, se ha disipado cualquier esperanza de moderación en los precios de la energía y en las  perturbaciones de las cadenas de suministro. Además, estas dinámicas seguirán lastrando el  crecimiento y presionando al alza la ya elevada inflación.

Se trata de un panorama extremadamente complejo, tanto para los responsables políticos como para  los mercados. Creemos que el mercado aún no refleja el amplio abanico de posibles desenlaces, que  comprenden riesgos de sucesos extremos tanto negativos como positivos. Somos partidarios de la  agilidad y del uso de coberturas, cuando proceda.  

2. El retorno de Volcker

La segunda cuestión principal para los mercados de cara a este trimestre y el resto del año es el desafío  al que se enfrentan los bancos centrales para frenar la inflación, en vista de la nueva coyuntura  geopolítica y económica.

Los tres principales bancos centrales de los mercados desarrollados han  virado con decisión hacia un discurso restrictivo. En EE.UU., la Reserva Federal echó mano de la figura del expresidente Volcker -que controló la inflación en la década de 1980- e inició una subida de tipos  en marzo. Aunque esperamos que la Fed adelante las subidas de tipos y que el BCE continúe con su  discurso restrictivo, creemos que la crisis de crecimiento motivada por la guerra y la necesidad de  mantener los tipos reales en negativo provocarán un viraje expansivo a mediados de año. 

3. Las condiciones favorecen el mejor comportamiento relativo de China, pero no estamos en  2008

China podría ser un elemento diversificador útil. La región, que se encuentra muy alejada geográfica  y económicamente del conflicto, se beneficia de una posible relajación monetaria y presupuestaria y  ofrece valoraciones de partida más atractivas.  

Al mismo tiempo, la incertidumbre se mantiene en niveles elevados. Los objetivos de las autoridades  chinas se centran en la reducción del endeudamiento, la reforma del sector inmobiliario y el  crecimiento sostenible. A este respecto, sus perspectivas parecen ser ahora menos claras de lo que  fueron en 2008 durante la crisis financiera mundial. No creemos que China vuelva a ser el comodín  que saque a la economía mundial de su trayectoria estanflacionista a golpe de gasto público.

Temáticas principales e implicaciones para la inversión por clase de activos

Renta variable

En la gestora creen que centrarse en empresas de alta calidad, en lugar de la selección de sectores, es la mejor  estrategia en vista del aumento de los riesgos geopolíticos y estanflacionistas. Las compañías que  cuenten con poder de fijación de precios y la capacidad de proteger sus márgenes deberían  comportarse relativamente mejor en este entorno. La renta variable debería seguir ofreciendo una  fuente de rentas sólida ahora que se han saneado los balances después de dejar atrás lo peor de la  pandemia.

En Fidelity International son cautos en relación con Europa en vista del riesgo de recesión que existe en la región, pero  vemos potencial para diversificar en algunos mercados emergentes, especialmente en áreas que se  benefician del incremento de los precios de las materias primas. Algunas áreas del mercado chino  parecen baratas, a pesar de que la volatilidad es muy elevada y los riesgos de acontecimientos  extremos han aumentado.  

Renta fija  

La estanflación supone un desafío, pero existen algunas áreas dentro de la renta fija que creemos que  estarán mejor protegidas frente a la subida de tipos y la desaceleración del crecimiento. La inflación  implícita debería seguir comportándose relativamente bien sobre la premisa de que las expectativas  de inflación crecerán, y también somos optimistas sobre los bonos corporativos investment grade en  euros, dadas sus características más defensivas y la mejoría de sus valoraciones.  

Para la gestora, los inversores en renta fija no deberían preocuparse por la duración. La subida de los rendimientos  nominales se verá probablemente limitada por las restricciones que imponen las refinanciaciones de  deuda, por las acciones de los bancos centrales y por la demanda de activos refugio. Creemos que es  poco probable que el BCE suba los tipos en 2022 (a pesar del tono restrictivo que adoptó en marzo) y,  por lo tanto, consideramos que la duración del núcleo europeo es atractiva. Somos más cautos sobre  China: el mercado inmobiliario sigue preocupando y prevemos más volatilidad en el futuro.

Multiactivos

Dada la incertidumbre a corto plazo en torno al crecimiento mundial, mantenemos una  infraponderación tanto en deuda corporativa como en renta variable. Somos especialmente cautos  en lo que se refiere a la renta variable europea y al euro, en vista de la probabilidad de recesión en  Europa.

Mantienen una visión más positiva sobre la renta variable emergente, como China, y las bolsas de Asia-Pacífico menos Japón, así como en determinadas monedas emergentes, dado el potencial de  diversificación y el posible apoyo a los exportadores de materias primas. Finalmente, poseemos  posiciones largas en USD y esperamos que los diferenciales de los tipos de interés sostengan al dólar,  porque la Reserva Federal sigue con la vista puesta en la inflación y por sus características defensivas,  que brindan protección en caso de que las condiciones se deterioren.  

Conclusión

En definitiva, los riesgos de estanflación se han intensificado, dado que la guerra en Ucrania ha  alterado la trayectoria de crecimiento mundial, principalmente en Europa, y los efectos de contagio  dependen de la evolución y los plazos para una resolución. El conflicto también ha agravado las  presiones inflacionistas y ha creado más dificultades, si cabe, para los responsables políticos. Hemos  reducido el riesgo desde el comienzo de 2022 y nos hemos centrado en regiones, sectores y clases de  activos que ofrecen protección y rentas en un entorno muy incierto marcado por la desaceleración  del crecimiento y la inflación al alza.