A partir de 1565, en pleno esplendor del imperio español, se creó una ruta marítima de galeones entre Filipinas y Méjico que, zarpando de Acapulco, llegaba hasta Manila cargado de plata. El barco acudía a una feria donde concurrían navíos de diversos países del Lejano Oriente. De Persia venían alfombras y tapices; diamantes, rubíes, zafiros y topacios de la India; pimienta de Sumatra; clavo, nuez moscada y otras especias de las islas Molucas o ámbar y perlas de Japón. Pero también llegaban desde China sedas, muebles, marfiles, medicamentos, abanicos, porcelanas y otros artículos diversos. La confluencia de tal actividad comercial hizo que Manila llegara a ser conocida como la Venecia asiática.

Directamente de China a Sevilla, pasando con Centroamérica, la ruta duró unos 250 años y supuso, no sólo un gran vehículo de intercambio comercial, sino también cultural y social entre los tres continentes.

Las relaciones comerciales de occidente con China tienen ya una larga tradición, pasando por periodos de mayor o menor fortuna. Aunque la euforia de los primeros años 2000 se enfrió notablemente a partir de la segunda mitad de 2008, el famoso efecto decoupling, en virtud del cual las economías emergentes no se verían afectadas por la crisis económica de los países desarrollados y podrían ser la palanca que nos ayudara a salir de la crisis económica, parece recuperar ierto impulso, al menos en el caso de Latinoamérica y China.

La economía del gran país asiático está comenzando a ofrecer señales de recuperación. El índice oficial de compras de gestores (PMI por sus siglas en inglés) creció por tercer mes consecutivo en febrero, aunque todavía no supera el umbral de 50 puntos que supone la diferencia entre expansión y contracción. En parte es una respuesta al anuncio del gobierno el pasado noviembre de un paquete de estímulo por valor de 4 billones de yuans (aproximadamente 500.000 millones de euros).

Esta visión optimista de una posible recuperación se ha visto reforzada por una cierta reactivación del mercado de crédito. Los prestamos en moneda local alcanzaron un máximo de 1 billón de yuanes en febrero, un cifra que incluso para los estándares históricos es bastante alta. Como resultado, el índice Shanghai Composite subió un 6,1 por ciento el miércoles, su mayor escalada en los últimos cuatro meses.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, anunció el pasado jueves un aumento de un 54 por ciento en el gasto público durante 2009, hasta aproximadamente 105.000 millones de euros. La inversión se distribuirá fundamentalmente entre infraestructuras agrícolas, ferrocarriles y programas rurales. En su comparecencia ante la Asamblea Popular, mantenía sus expectativas de crecimiento para el país en el 8 por ciento, el mínimo necesario para crear los 9 millones de puestos de trabajo que el gobierno estima necesarios para mantener la estabilidad social, aún cuando las estimaciones de crecimiento chino del Fondo Monetario Internacional (FMI) se sitúan en torno a un 6,7 por ciento.
También el jueves pasado, el presidente del Banco de China (BOC) Li Lihui admitió que se está estudiando la posibilidad de aportar parte de los 19.500 millones de dólares que Chinalco necesita para invertir en el grupo anglo australiano Río Tinto, según un acuerdo alcanzado el mes pasado. Se cumpliría así un doble objetivo, ayudar a Río Tinto a liquidar parte de su deuda y asegurarse, por parte de Chinalco, el suministro continuo de materias primas. La compañía china aseguró al gobierno australiano que no harían uso de su derecho a estar presentes en la junta ejecutiva, al objeto de eliminar sus recelos sobre la entrada de empresas estatales extranjeras en compañías del país.

El Banco de China mantiene reservas en divisas extranjeras por valor de 2 billones de dólares (aproximadamente 1,6 billones de euros). Según un informe presentado ante la Asamblea Popular se estima un crecimiento objetivo de 1,32 por ciento en inversiones extranjeras durante 2009 por parte de empresas chinas. Una inversión que durante 2008 se vio incrementada en un 63,6 por ciento con respecto a 2007, de acuerdo con datos oficiales chinos.
La positiva evolución de la economía china ha comenzado a hacerse patente en el comportamiento de los fondos de inversión. En el grupo de categorías de Renta Variable, el ranking de rentabilidades positivas comienza a incluir referencias chinas, junto a las latinoamericanas.

La primera de ellas, dentro del universo de fondos nacionales, es BBVA CHINA, que consigue repuntar un 1,71 por ciento desde comienzos de año, según VDOS. El fondo invierte mayoritariamente en Hong Kong, Taiwán, Singapur y China, tomando como referencia los índices MSCI Golden Dragon y MSCI Zhong Hua.
Otra referencia incluida en el ranking es el CAM FONDO CHINA, con un ligero repunte de 0,07 por ciento de rentabilidad, de acuerdo con VDOS. Este fondo de fondos gestionado por Gestora de Fondos del Mediterráneo, invierte en China a través de otras instituciones de inversión colectiva que invierten en el país asiático.
Los datos suponen un ligero repunte que el mercado ha recibido con optimismo, en un momento en que se encuentra sediento de buenas noticias. Todo parece indicar que China está dispuesta a mantener viva la ruta del Galeón de Manila en espera de una pronta recuperación económica en Europa y Estados Unidos. Deseémosle vientos favorables.

Paula Mercado
Directora de Análisis
VDOS Stochastics